En numerosas ocasiones se ha comparado a Sansón con el Gilgamesh caldeo o con el Hércules griego; sin embargo, responde a una tradición local que encarna la lucha de los israelitas contra los filisteos, primeros ocupantes de Palestina.

Se le considera un héroe solar, ya que su nombre en hebreo significa “pequeño sol” u “hombre del sol”. Su fuerza reside en su cabello, como la del sol en sus rayos y la del león en su melena. Aunque la leyenda forma parte del Libro de los Jueces (XIV, 5-6), no se le puede considerar juez como a Daniel o Salomón, ya que no es la sabiduría su virtud primordial, sino la fuerza, y los motivos que le llevan a atacar a los filisteos son sus rencores personales, no la defensa de su pueblo.

El cartón utilizado sigue el modelo del óleo original de Pedro Pablo Rubens (1577-1640), Sansón y el león, que en 1636 formaba parte de la decoración de los salones del Alcázar de Madrid. Pasó a manos del infante don Sebastián de Borbón y Braganza y, posteriormente, perteneció a la infanta doña María Cristina de Borbón. Actualmente se encuentra en una colección privada.

La escena hace referencia al episodio en el que Sansón da muerte a un león que le ataca de camino a la ciudad de Timna. En el lienzo, Rubens representó a Sansón semidesnudo, cubierto parcialmente con una túnica roja, mientras que en el tapiz aparece vestido, con la misma túnica roja superpuesta, y calzado. También se ha modificado el paisaje.

Enmarca la escena una cenefa con columnas salomónicas de capitel compuesto decoradas con guirnaldas de flores y frutos, y basas con bustos de personajes romanos en grisalla.

El paño carece de marcas, por lo que no se puede afirmar que procediese de Bruselas, siendo posible que su lugar de realización fuese Amberes o Brujas.