John Newton

Globo Celeste

1785

Grabado sobre papel iluminado a mano, escayola y madera

58 x 54 cm

Nº inv. V00184

Colección BBVA España


La representación tridimensional de la bóveda celeste con todas sus constelaciones sobre una esfera material se remonta a los antiguos griegos. Buen ejemplo de ello es el Almagesto, un tratado astronómico en trece volúmenes elaborado en el siglo II a. C. por Claudio Ptolomeo, que establecía el modelo geocéntrico del universo y se convirtió en obra de referencia a lo largo de toda la Edad Media. El autor describe cómo construir un globo celeste de cobre e incluye en él una serie de círculos que sirven de referencia para determinar la posición de los distintos cuerpos celestes enumerados en su catálogo de estrellas. La ubicación en el cielo de las diversas constelaciones se configura a modo de imagen especular, como si el globo fuera una reproducción de la cúpula celeste. Este fue el uso que los astrónomos hicieron de él hasta bien entrado el siglo XIX.

En la Edad Moderna, los globos celestes, que señalan el emplazamiento de los astros y constelaciones en el cielo, se presentan como apéndice de los globos terráqueos. Dado el auge de los estudios astrológicos en la época, es muy frecuente que dentro de la esfera aparezca también cada uno de los signos del zodiaco.

La pieza que se exhibe aquí complementa al globo terrestre del mismo autor y lleva dos inscripciones separadas. La primera recoge la firma del autor: "Un nuevo globo celestial / Por J. Newton 1785"; en la segunda se apela a la autoridad de dos reconocidos astrónomos de la época: "NB: Las estrellas de este Globo / se establecen cuidadosamente a partir de observaciones precisas / del Sr. Flemstead y el Dr. Halley".

John Newton fue el fundador de una empresa de gran prestigio dedicada a la elaboración de globos terráqueos y celestes, una tarea que tuvo continuación en sus hijos.