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https://www.coleccionbbva.com/en/autor/carreno-de-miranda-juan-2/
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autor
13987
Juan Carreño de Miranda
(Avilés, Asturias, 1614 – Madrid, 1685)
Obras del autor
XVII Español
Juan Carreño de Miranda fue uno de los pintores más notorios de la segunda mitad del siglo XVII. Pintor de historia, composiciones religiosas y retratos, su obra destaca por la libertad de la pincelada y el magistral uso del color, que remite a las composiciones de los artistas venecianos del siglo XVI.
De familia hidalga, inició su formación en Valladolid, con su tío Andrés Carreño, y la completó en Madrid. En esta ciudad, a la que llegó con su padre a los once años, continuó su aprendizaje, primero en el taller de Pedro de las Cuevas (h. 1583-1644), donde conoció la técnica del dibujo, y posteriormente en el de Bartolomé Román (h. 1585-1647), que le instruyó en el uso del color. Sus primeras obras, de carácter decorativo, llamaron la atención en el círculo cortesano.
Hacia 1639 ya habría conocido a Diego Velázquez (1599-1660), que le favoreció con el encargo de la decoración del
Salón de los Espejos
situado en la mitad de la crujía de mediodía del edificio, fue denominado en el momento de su creación “Salón Nuevo”. Era el centro simbólico y el espacio emblemático del Real Alcázar de Madrid y el lugar donde se expusieron las pinturas consideradas clave en la colección real. Allí estaban colgados los ocho grandes espejos con sus marcos de ébano y guarnecidos con unas águilas imperiales de bronce dorado así como los bufetes de pórfido sostenidos por los doce leones de cuerpo entero, también de bronce, que Velázquez encargó al escultor Matteo Bonarelli en su segundo viaje a Italia (hacia 1649). Fue el propio Velázquez el que dispuso la decoración general del espacio.
del Alcázar de Madrid. En 1669 fue nombrado Pintor del Rey y poco después, en 1671, Primer Pintor de Cámara, alcanzando así los máximos honores a los que podía aspirar un pintor en España. Llegó a ser una figura de gran prestigio en las cortes de Felipe IV (1605-1665) y Carlos II (1661-1700).
Su profundo conocimiento de la pintura veneciana dejó una huella de ligereza y riqueza cromática en su técnica, y su admiración por los flamencos se tradujo en audacias compositivas. En sus retratos, la faceta más conocida de su obra, se aprecia la herencia de artistas locales precedentes, como Vicente Carducho (h. 1576-1638) o el propio Velázquez, acompañada, en los modelos nobiliarios, de un componente decorativo aprendido de Anton van Dyck (1599-1641).
Carreño de Miranda fue además un destacado fresquista, actividad de la que se han conservado algunos testimonios, como el de la bóveda de San Antonio de los Alemanes (Madrid).