Javier De la Garza

(Tampico, Tamaulipas, 1954)

Obras del autor

XX-XXI Mexicano 

Es prácticamente autodidacta, a no ser por un esporádico aprendizaje del grabado en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y el
de William Hayter en París. 
Faro del
que surge a finales de los años 1980, Javier de la Garza establece paradigmas estéticos que calan hondo en la fugaz moda de la paráfrasis nacionalista que engulle a no pocos jóvenes pintores coetáneos. Las variantes kitsch del imaginario forjador de la identidad mexicana, vertidas en los libros de texto escolares, la publicidad, el bolero y la época de oro del cine local, recobran en la obra de Javier de la Garza un valor ambiguo: fidelidad al dibujo académico del siglo XIX, homenaje al sentimentalismo del cromo popular, vapuleado por la vanguardia, pero también intención satírica en la recuperación de un léxico visual trasnochado con fines de recontextualización contemporánea. 

Su éxito comercial fue enorme. Vendía todo cuanto salía de su taller. Lo más cotizado eran las representaciones de parejas de aztecas musculosos y nativas de pinta hollywoodiense, o de zapatistas o danzantes que mezclan parodias de algunos cuadros indigenistas, de los calendarios baratos de Jesús Helguera (1910-1971) y de fotos fijas de Gabriel Figueroa (1907-1997) en películas de Emilio “El Indio” Fernández.

Su trabajo se ha presentado en países como México, Estados Unidos e Inglaterra y en las ferias internacionales ARCO en España y Europalia. Desde 2002 es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Actualmente reside en Yautepec, Morelos, donde continúa trabajando en su obra y presentando exposiciones.