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https://www.coleccionbbva.com/en/autor/juan-luis-goenaga-2/
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autor
29073
Juan Luis Goenaga
(San Sebastián, 1950-2024)
Obras del autor
El pintor Juan Luis Goenaga nace en la ciudad de San Sebastián (Gipúzcoa) el 9 de enero de 1950. Durante su adolescencia, comienza a explorar su pasión por el arte de manera autodidacta. Su interés por esta disciplina le lleva a unirse a la Asociación Artística de San Sebastián, donde tiene la oportunidad de interactuar con otros artistas y desarrollar sus habilidades.
En 1969, decide dar un paso significativo en su formación artística y se traslada a Barcelona para estudiar grabado. Este cambio de escenario le permite sumergirse en un ambiente cultural vibrante y enriquecedor. Posteriormente, su búsqueda de conocimiento le lleva a París, donde se dedica a trabajar la escultura utilizando materiales como el hierro y la piedra.
Una personalidad introspectiva y un enfoque meticuloso en el estudio del arte, llevan a Goenaga a recluirse en su caserío, ubicado en Alkiza, localidad campestre guipúzcoana donde reside y trabaja desde 1970. En ese enclave tranquilo, encuentra la inspiración necesaria para explorar y plasmar la esencia artística que emana de la naturaleza y del mundo rural vascos. Así, su obra se caracteriza por una profunda conexión con los elementos primigenios más abstractos de la naturaleza (aire, fuego, agua, tierra), y otros más concretos, como las ramas y raíces que forman parte del paisaje. Surgen de este modo series como
Itzalak
(Sombras, en euskera), entre 1972 y 1973;
Belarrak
(Hierbas), entre 1973 y 1975, y
Sustraiak
(Raíces) entre 1974 y 1976, por citar algunas. A través de estos trabajos, Goenaga busca capturar la belleza intrínseca de estos elementos naturales y transmitirla al espectador, invitándolo a reflexionar sobre la relación entre el ser humano y su entorno.
En la década de 1970, emprende varios viajes por diversas naciones de Europa, donde tiene la oportunidad de sumergirse en las corrientes artísticas contemporáneas entonces en auge. Al regresar a su tierra natal, comienza a desarrollar un profundo interés por la historia vasca y la cultura popular, elementos que se convierten en pilares fundamentales de su obra artística. Una visita posterior a Italia con el objetivo de conocer a los grandes maestros del pasado y absorber su técnica, da inicio a una nueva fase en la carrera creativa de Goneaga. En esta etapa, se entrelazan en su obra conceptos como magia, surrealismo y abstracción, dando lugar a piezas que desafían las convenciones tradicionales.
En los años ochenta comienza a incorporar en sus composiciones la figura humana, a la que sitúa en entornos urbanos llenos de color. Durante esta etapa, realiza varios viajes a Alemania, donde las influencias recibidas le llevan a integrar el expresionismo en su arte. En este sentido, aplica los materiales con una gestualidad intensa y enérgica, lo que enriquece aún más su distintivo estilo personal.
En 1987 recibe el premio Gure Artea, otorgado por el Gobierno Vasco. Ese mismo año comienza a experimentar con una gran variedad de materiales como redes, plásticos y resinas. También empieza a incorporar diversos materiales y objetos en sus creaciones, buscando establecer una conexión directa con su entorno, la vida y lo orgánico. La década de 1990 representa un retorno a sus raíces, que le lleva a explorar lo primitivo a través de una pintura más oscura que construye en capas sucesivas, formando una estructura de gran impacto visual.
En 1993, Goenaga imparte un taller de pintura en el centro de arte Arteleku en San Sebastián, y en 2003 sendos talleres en la Sala Kubo del Kursaal, también en San Sebastián, y en la Fundación Bilbao Arte, en Bilbao.
En sus obras más recientes, que abarcan desde la abstracción hasta la figuración, deja atrás las tonalidades oscuras y opta en su lugar por la luminosidad de azules, rojos y verdes, aplicados con una rica carga matérica.