XVII Español

Pintor de historia, composiciones religiosas, escenas de género, retratos y dibujante.

Considerado el autor más representativo de la Sevilla de su tiempo y uno de los más importantes del barroco español. De su infancia y su juventud se sabe poco. En 1635, debió de iniciar su formación con Juan del Castillo, que le encaminó hacia el tenebrismo entonces de moda.

A mediados de los cuarenta, comenzó a acaparar el mercado artístico sevillano, superando incluso a los que habían figurado entre sus modelos poco antes, Francisco Herrera el Viejo y Francisco de Zurbarán; pero es a partir de 1658, fecha en que viajó a Madrid y conoció a Diego Velázquez y las colecciones reales, cuando se consolidó su estilo de madurez. Este se caracterizaba por el colorido más claro y luminoso ―la principal estela de su estancia madrileña― y las formas suaves. Esto, junto con la amabilidad de los temas y la verosimilitud y ausencia de dramatismo de sus escenas religiosas, en las que empleó modelos populares, le situó en una posición de alternativa de calidad a la pintura de la corte. Son muy conocidas, además, sus pinturas de género con temas infantiles.

En Sevilla disfrutó de una desahogada situación económica y de la relación con las clases intelectuales de la ciudad; en este sentido hay que destacar su participación en la creación de la Academia de Pintores, de la que fue presidente.