Antonio Saura

(Huesca, 1930 - Cuenca, 1998)

Obras del autor

XX Español

Artista, poeta, teórico y crítico de arte, Antonio Saura es uno de los principales renovadores del panorama artístico español del siglo XX. Creador incansable y de formación autodidacta, se acerca a la pintura por pura necesidad vital a raíz de una larga convalecencia en su juventud, convirtiéndose en uno de los máximos representantes del
en España

Sus inicios en el ámbito de la creación se remontan a 1943, fecha en la que empieza a pintar y a sumergirse en el mundo de la literatura. En 1950 inaugura su primera exposición individual en la Sala Libros de Zaragoza, donde presenta sus trabajos más experimentales, situados en la órbita surrealista, dentro de una vertiente cósmica y onírica. Visita París en 1951 y, tres años más tarde, se establece allí durante un año, entrando a formar parte de las actividades del grupo surrealista. Además, organiza exposiciones colectivas y se introduce en el ambiente vanguardista parisino, hecho que favorece un cambio en su lenguaje plástico, que tiende progresivamente hacia la abstracción gestual. En 1957 realiza su primera muestra individual en la capital francesa e interviene, en España, en la fundación del
, que dirigirá hasta su disolución en 1960. En este periodo, su estética informalista, sin perder la potencia y la gestualidad de sus obras anteriores, se transforma en figuración expresionista. Las temáticas de entonces se perpetúan a lo largo de toda su trayectoria artística: damas, crucifixiones, multitudes y retratos imaginarios que van más allá de una intención satírica, adentrándose en un universo de imágenes primigenias, violentas y de vitalidad esencial. 

A finales de los años cincuenta participa, junto a otras figuras fundamentales de la abstracción española, en la XXIX Bienal de Venecia (1958). 1959 marca el inicio de una rica obra gráfica. A la vez ilustra importantes ediciones literarias, entre ellas Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, El criticón de Baltasar Gracián, 1984 de George Orwell o Tres visiones de Francisco de Quevedo.

En 1967 se instala definitivamente en París, exponiendo con asiduidad en las galerías Stadler y Lelong. Esta es una etapa de apertura hacia nuevas temáticas y registros pictóricos en la que produce destacadas series, como Mujer-sillón, Retratos imaginarios, El perro de Goya o Retrato imaginario de Goya. Durante esta década sus piezas se incluyen en exposiciones relevantes en varias ciudades de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. En los setenta abandona temporalmente la pintura sobre lienzo para dedicarse a la escritura y al dibujo sobre papel. Publica también numerosos escritos y realiza escenografías para teatro, ballet y ópera. 

Un año antes de su muerte, en 1997, obtiene el doctorado honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha. Además de este reconocimiento, a lo  largo de su trayectoria es galardonado, entre otros, con el Premio Guggenheim (1960) el Premio Aragón a las Artes (1994) y la Medalla de Oro de Bellas Artes (1982) y es nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia (1981). Su obra forma parte de importantes instituciones, entre las que destacan el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y el Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Nueva York.