Fernando Zóbel

(Manila, 1924 – Roma, 1984)

Obras del autor

XX Filipino-Español

Fernado Zóbel es uno de los principales representantes de la abstracción española del siglo XX. 

Tras pasar su infancia y adolescencia entre Filipinas, España y Suiza, en 1946 se traslada a Estados Unidos para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Harvard. Durante este periodo frecuenta los círculos artísticos, reafirmándose en la idea de dedicar su vida al arte y a la pintura. En 1952 se ve obligado a regresar a Filipinas para trabajar en la empresa familiar. Allí compagina este trabajo con su labor como artista, coleccionista, docente e investigador, participando activamente en la vida cultural filipina.

En 1955, una exposición de Mark Rothko (1903-1970) provoca un cambio radical en su pintura, hasta entonces de carácter costumbrista. Las obras de Rothko causan un fuerte impacto en Zóbel, que a partir de ese momento empezará a buscar su propio lenguaje abstracto. De esta nueva orientación surge su primera serie no figurativa, Saetas (1957-1959). Ese mismo año viaja a España y en la Galería Fernando Fe descubre el trabajo de los artistas abstractos españoles.

En los años sesenta alcanza la madurez artística, con un conjunto de obras abstractas de extraordinaria sutileza. A pesar de su aparente carácter improvisado, sus pinturas son el resultado de un minucioso proceso de análisis de la realidad que le rodea, análisis que va plasmando en cuadernos de apuntes. Estos cuadernos, que irá completando a lo largo de toda su vida, constituyen un conjunto que viene a ser una suerte de diario vital y estético.

En 1961 se establece definitivamente en España. Desde mediados de los cincuenta ha ido adquiriendo obras de los más relevantes artistas abstractos españoles, colección que, unos años después, será la base de la creación del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, que funda junto a Gustavo Torner (1925) y Gerardo Rueda (1926-1996). Inaugurado en 1966 en un edificio singular −las famosas casas colgadas−, y contando con los elogios de Alfred Barr, primer director del MoMA de Nueva York, el museo supuso la apertura de España al arte abstracto. En torno a él se aglutinará el denominado
y pronto se convertirá en punto de encuentro para innumerables creadores.

A lo largo de su vida, Zóbel viaja incansablemente para visitar museos y exposiciones, que serán una fuente de inspiración esencial de su trabajo. En 1984, durante un viaje a Roma, fallece de forma inesperada.

La obra de Fernando Zóbel se encuentra en instituciones fundamentales como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Juan March de Madrid; el Museo de Bellas Artes de Bilbao; el Brooklyn Museum of Art de Nueva York y el Ateneo Art Gallery de Manila.