El objetivo de la nueva exposición organizada por el Museo Nacional del Prado, Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro, es analizar la búsqueda constante de realismo en el arte español durante el Renacimiento y el Barroco hacia un grado cada vez mayor de verosimilitud con fines persuasivos. La muestra se centra en la representación de la figura, cuya tridimensionalidad, en perfecta combinación con la pintura, acentuaba el efecto perseguido. Pintura y escultura se daban así la mano para crear obras de arte excepcionales.

El Museo del Prado reúne una interesante selección de ejemplos de ese tipo, procedentes en su mayoría de sus colecciones, que se complementan con piezas de otras instituciones, entre las que se encuentra la Colección BBVA, que participa en este proyecto con el préstamo del cuadro Virgen de Valvanera, datado en el primer tercio del siglo XVIII.

Este lienzo es un excelente ejemplo de cómo la representación pictórica inmortaliza una escultura de carácter devocional, colaborando así en la difusión de modelos y en la consolidación de la iconografía. Realizado en un magnífico estilo rococó, muestra a la Virgen de la Valvanera, patrona de La Rioja, entronizada y ricamente vestida, con el Niño en sus rodillas y con sus atributos habituales. La obra se relaciona con una estampa anónima –dedicada al capitán general de Mar y Tierra, Íñigo de la Cruz Manrique de Lara Ramírez de Arellano (1673-1733)–, con la que muestra similitudes, como la posición del árbol, la aparición del ángel al ladrón arrepentido a la derecha, el cofre en primer plano y el águila del trono, entre otros detalles.