escultura
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(Valencia, 1915 – Alicante, 2010)
Espacio sugerente
1962
madera, metal, yeso y pigmentos
110,7 x 77,7 cm
Nº inv.
2339
Colección BBVA España
Es este un interesante ejemplo del periodo de madurez artística del pintor y escultor valenciano.
Aunque en sus inicios se interesó por la figuración expresionista, derivada de su exilio en Francia durante el franquismo, a partir de los años cincuenta evolucionó hacia un arte más teórico. En 1957 se adhirió al grupo
Parpalló (1956-61), que introdujo el

Término acuñado por el crítico francés Michel Tapié para denominar al movimiento artístico que abarca todas las tendencias abstractas y gestuales que se desarrollaron en Europa a finales de los años cuarenta, en paralelo al

Movimiento pictórico contemporáneo dentro de la abstracción que surgió en los años cuarenta en Estados Unidos y se difundió posteriormente a nivel internacional. Partiendo de las premisas y postulados surrealistas, los artistas expresionistas consideraban el acto de pintar como una actividad espontánea e inconsciente; una acción corporal dinámica en la que se eliminaba cualquier tipo de planificación previa. Las obras enmarcadas dentro de este movimiento se caracterizan por el uso de colores primarios puros y vibrantes, que desprenden una profunda libertad. Entre sus principales impulsores se encuentran Arshile Gorky (1904-1948) o Hans Hoffman (1880-1966). En el panorama español, cabe destacar a Esteban Vicente (1903-2001) y José Guerrero (1914-1991), quienes, gracias a su estancia en Nueva York, estuvieron en contacto con las diversas iniciativas artísticas que se estaban desarrollando allí.
estadounidense. Se caracteriza por la utilización de un lenguaje no figurativo, en el que los materiales desempeñan un papel muy importante. En España, el informalismo alcanzó un enorme auge en la década de los cincuenta; a él se adscribe una generación de artistas cuyos lenguajes se sitúan entre el informalismo europeo y el

Movimiento pictórico contemporáneo dentro de la abstracción que surgió en los años cuarenta en Estados Unidos y se difundió posteriormente a nivel internacional. Partiendo de las premisas y postulados surrealistas, los artistas expresionistas consideraban el acto de pintar como una actividad espontánea e inconsciente; una acción corporal dinámica en la que se eliminaba cualquier tipo de planificación previa. Las obras enmarcadas dentro de este movimiento se caracterizan por el uso de colores primarios puros y vibrantes, que desprenden una profunda libertad. Entre sus principales impulsores se encuentran Arshile Gorky (1904-1948) o Hans Hoffman (1880-1966). En el panorama español, cabe destacar a Esteban Vicente (1903-2001) y José Guerrero (1914-1991), quienes, gracias a su estancia en Nueva York, estuvieron en contacto con las diversas iniciativas artísticas que se estaban desarrollando allí.
americano. Entre ellos se encuentran Antoni Tàpies (1923-2012), Josep Guinovart (1927-2007), August Puig (1929-1999), Antonio Saura (1930-1998), Manolo Millares (1926-1972) y Rafael Canogar (1935).
en la región valenciana. A finales de esta década su creación se centra en la escultura, realizando composiciones en soportes y superficies matéricas, en las que utilizaba madera quemada y resquebrajada y planchas de hierro. La pretensión del artista, como él mismo afirmó, era la de realizar “obras vivas y polivalentes, que tengan posibilidades de cambio”.
El uso de materiales como la madera, las limaduras de hierro, el cobre o el latón, así como la integración de volumen y materia, se han convertido en constantes en su trayectoria artística. Tal es el caso de esta obra, en la que el artista superpone metales oxidados sobre una trama alterada con rasgaduras, que equilibra con éxito mediante el contraste de masas y espacios vacíos. Dichas discordancias permiten filtraciones de luz a través de la trama, que se interrumpen intencionadamente con las placas de metal.