Andreu Alfaro

(Valencia, 1929 – 2012)

El Olimpo de Weimar [a]

1982

hierro pintado

157 x 158 x 94 cm

Nº inv. 2613

Colección BBVA España



A mediados de los años setenta, Alfaro comienza a realizar esculturas cuyas formas adquieren una orientación que va más allá de la intencionalidad experimental, dotándolas de referencias neoconstructivistas y elementos cinéticos que conviven con elementos simbólicos y figurativos sin llegar a perder su apariencia abstracta.

Son esculturas cargadas de alusiones a temas tanto culturales como sociales, pues fue un artista comprometido con la sociedad en la que vivió, y siempre manifestó sus ideales de democracia y libertad, y sus inquietudes nacionalistas.

Su obra se encuentra a medio camino entre la percepción sensible y la abstracción, y siempre vinculada a la vida. Aprovecha cualquier circunstancia, cualquier experiencia, para convertirla en escultura. El propio Alfaro declaró más de una vez que siempre le había interesado la dialéctica entre la forma simple y la comunicación, transmitir al espectador un concepto, una idea o un personaje.

En El Olimpo de Weimar homenajea la figura de Goethe, al que años más tarde dedicará una serie. La admiración del artista por el poeta alemán se debe a que ambos, pese a vivir en épocas diferentes, compartían los ideales de la libertad individual.