Mompó es una de las figuras más destacadas de la generación abstracta española de los cincuenta. Sin pertenecer a ningún grupo ni adscribirse a ningún estilo, comenzó investigando en el ámbito de la figuración para evolucionar hacia la abstracción pura, teñida por una luz mediterránea cada vez más patente en su obra.

Las primeras esculturas que realiza datan de 1981, en respuesta a su constante búsqueda de nuevos soportes para sus creaciones, como el metacrilato, que le proporcionaba la base sobre la que aplicar grafismos de colores puros muy brillantes. Llamadas Alaró —en honor al pueblo mallorquín donde las llevó a cabo— son obras que se encuentran a caballo entre la pintura y la escultura, la figuración y la abstracción, creadas con el deseo de encontrar una forma que reúna el arte y la vida. Son objetos para ver por todos sus lados, para ser colocados en espacios abiertos. El fondo transparente volvió a hacerse opaco, pero los recortes en la chapa —de acero o de aluminio— permitían dar profundidad a la pieza y proporcionaban interesantes juegos de luz.

Ventana abierta reúne todas las características descritas anteriormente. Realizada sobre una sola plancha de acero que corta y dobla con la idea de ocupar un espacio, a diferencia de sus otras esculturas, esta obra presenta un dibujo menos lineal y los trazos de color crean planos que buscan una tercera dimensión, un desarrollo libre de formas que se abren, como si fuese una ventana a la naturaleza.