Francisco Leiro

(Cambados, Pontevedra, 1957)

Misilito

1993

granito

176,5 x 61 x 61 cm

Nº inv. 4122

Colección BBVA España



El estilo de este escultor gallego es inconfundible en el panorama artístico actual. Durante su paso por la Escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela se integra en el grupo
, época en la que en su obra confluyen elementos surrealistas y pop. A finales de los ochenta se instala en Nueva York y empieza a trabajar para la Galería Marlborough.

Es entonces cuando su escultura adquiere tintes expresionistas, que fusiona con su interés por la escultura figurativa arcaica y la inclusión de estructuras abstractas que dotan a su obra de atemporalidad y connotaciones metafóricas. Leiro mezcla lo trágico con lo cómico, la realidad con la ficción, lo internacional con lo local, logrando un peculiar lenguaje de contrastes que le permite transmitir lo que persigue.

El granito, tal vez la más gallega de las piedras, es un material muy utilizado por el artista. Cuando recurre al material noble como soporte, la materia le une a su tierra natal: la piedra y la madera tan presente en sus obras.

El misilito es además un ejemplo de la inquietud del escultor por la masa y el volumen. Demuestra una gran expresividad así como firmeza estructural y un acabado muy enérgico. Aquí está presente la metamorfosis que en esos años sufren sus figuras humanas, a medio camino entre el caparazón que las recubre y la evidencia de la anatomía que irá ganando terreno en su obra.

Esa figura abrazada sobre sí misma y cabeza abajo, transmite una cierta ironía. Si atendemos a su título, este personaje, que tiene algo de criatura marina, trata de volver a la tierra de la que puede proceder. Su imagen nos induce a distorsionar la realidad y propicia la invención de una historia soñada.