Geólogo de formación, el artista se instaló en Gijón (Asturias) a finales de los años setenta, compaginando inicialmente su trabajo de profesor con la escultura. Autodidacta, en la madera alcanza el grado de virtuosismo con el que se le conoce. Una materia que se convierte en sus manos en material flexible, moldeable, casi aéreo, sensual, puro.
 
Muchas de sus obras las realiza de encargo, como es el caso de este mural, que le pidió el arquitecto Carlos Reguera Álvarez para la oficina del Banco de Comercio de León sito en la Avenida Ramón y Cajal de esta ciudad.
 
En su obra multifacética, tanto en lo material como en lo formal, ha utilizado la pintura y la escultura como vehículo de expresión, basándose como principal referente en unos elementos organicistas que parecen estar tomados de ámbitos geológicos, lo que resulta acorde con su personal fusión con la naturaleza, derivada de su formación académica.
 
Además de esa relación espacio/volumen, en sus obras es fundamental ese color del que no puede prescindir. La madera es su principal aliado en el campo expresivo, que utiliza en ensamblajes o compensaciones. Organicista hasta en aquellas obras que parecen geometrías o cristalografías geológicas, extrae de los materiales relaciones estructurales que encierran una estructura metafórica. Este es el caso de esta pieza sólida y pulida de la Colección BBVA, de gran formalismo estético, que sugiere formas que van más allá de la propia forma.