Martín Chirino

(Las Palmas de Gran Canaria, 1925 - Madrid, 2019)

El viento

1972

fundición en bronce patinado

107,1 x 96 x 70 cm

Nº inv. E00086

Colección BBVA España



Esta es una obra fundamental dentro de la producción del artista que se denomina a sí mismo “escultor del viento”.

La relación de Martín Chirino con el metal le viene de joven, pues su padre, con el que trabajó un par de años, era jefe de talleres en un astillero. En este periodo entra en contacto con las técnicas de la forja y la fundición, y experimenta con barro y madera.

Su estancia en Londres le permite conocer la obra de Henry Moore (1898-1986) y Barbara Hepworth (1903-1975). En 1958 se incorpora al grupo El Paso, y será a finales de esta década cuando comience a interesarse por la representación del viento.

A partir de entonces su obra gira en torno a la espiral, que utiliza como símbolo del viento, una imagen vinculada a su infancia y juventud. Creció en la playa de las Canteras, en cuya arena forma espirales el viento africano. Además, este símbolo aparece de manera recurrente en las piedras basálticas de los aborígenes canarios, que conoce en sus visitas al Museo de Las Palmas.

El viento y la espiral le vinculan a su tierra natal, en donde tan importante resulta este elemento, cuya fuerza y dirección condicionan la pesca, uno de los recursos económicos de la isla.

La escultura surge con naturalidad de las manos de Chirino. No todas sus espirales son iguales, unas se retuercen, otras se abren, se tensan, se curvan o se ensanchan.

En esta obra de 1972 la espiral queda abierta, no llega a cerrarse del todo, se expande con un gran desarrollo hacia el fondo. De ella el artista realizaría cinco ejemplares, cuatro de los cuales pertenecen a la Colección BBVA.