La escultura está presente en toda la carrera artística de Antonio López desde su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1950, tomando del Quattrocento su rotunda definición de los volúmenes. Aunque su producción pictórica supere en número a la escultórica, el volumen y la materia forman parte con el color del modelado de sus cuadros.
La aparición del hermanito, a diferencia del otro bronce presente en la Colección BBVA, se desarrolla en un espacio abierto, el patio de una casa, aunque algunos de los elementos presentes en la obra nos remitan a ese mundo íntimo y familiar tan presente en la creación del artista.
Tal como muestra la vestimenta de la mujer y la parra desnuda, se trata de una escena invernal. En un entorno posiblemente rural o suburbano, en el patio trasero de una casa baja, la protagonista ha abandonado el cuidado de las plantas y árboles ornamentales que la rodean para arrodillarse en actitud de plegaria ante un niño que levita en el espacio. De nuevo estamos ante el llamado

 realismo mágico 

estilo artístico que consiste en mostrar lo irreal e improbable dentro de escenas cotidianas, creando un efecto extraño e inesperado.

y la referencia a la muerte y lo oculto.
El bronce de la Colección BBVA está fechado en 1960 y no tiene justificación de tirada. Sin embargo, existe otro ejemplar que participó en la exposición antológica que del artista se realizó en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1993, fechado en 1959 y numerado 2/9.