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Arte español del siglo XX
13172
itinerario
13172
Arte español del siglo XX
Este itinerario muestra la diversidad, riqueza e importancia artística de las corrientes del arte español del siglo XX, prescindiendo voluntariamente de casi todo lo que, bien adentrada la centuria, se puede considerar como herencia del siglo anterior, arrancando con los artistas de la generación de la Segunda República hasta mediados de la década de los noventa.
Por tanto, encontramos aquí un repertorio amplio de obras que testimonian la vanguardia histórica española, tanto de aquellos exponentes que realizaron su obra en España —José Caballero, Pancho Cossío, Juan Manuel Díaz Caneja, Benjamín Palencia— como de los que desarrollaron su carrera fuera de ella —Joan Miró, Óscar Domínguez, Julio González y Esteban Vicente.
El movimiento abstracto de mayor proyección en nuestro país, el célebre
Grupo El Paso
colectivo surgido en 1957, formado por los artistas Antonio Saura, Manuel Millares, Rafael Canogar, Manuel Rivera, Antonio Suárez, Pablo Serrano y los críticos José Ayllón y Manuel Conde. Fue un grupo fundamental en la configuración de la vanguardia española de posguerra, cuyo estilo y manifiesto artístico refleja la tendencia europea conocida como informalismo. A pesar de la fuerte individualidad de cada uno de sus componentes, existe una fuerte coherencia plástica en su creación. En ella resulta común la abstracción de la figura, la experimentación en el uso de nuevos materiales (ajenos al ámbito artístico tradicional), la expresividad individual y el triunfo de lo gestual y matérico.
, también está representado en este itinerario a través de sus artistas más significativos —Antonio Saura, Manolo Millares, Manuel Rivera, Luis Feito, Rafael Canogar y Martín Chirino—, junto a otros autores que también influyeron en la renovación del arte español de la posguerra y lograron un amplio reconocimiento internacional, como Antoni Tàpies, Pablo Palazuelo, Eduardo Chillida, Jorge de Oteiza, José Guerrero o Lucio Muñoz, sin olvidar a los representantes de la
Escuela de Madrid
o joven escuela madrileña, término acuñado por el marchante y librero Karl Buchholz y el crítico de arte Manuel Sánchez Camargo para denominar al grupo de pintores españoles —muchos de ellos procedentes de la segunda
Escuela de Vallecas
(1927-1936) fundada en 1927 por Benjamín Palencia y Alberto Sánchez con el objeto de renovar el arte español tal como se había hecho en el resto de Europa. El paisaje se convierte en el motivo principal de su pintura. Será un paisaje sobrio, influido por el primitivismo hispánico, el color fauvista, el enfoque surrealista y el orden cubista. Su punto de partida será el campo casi desértico del extrarradio de Madrid hacia Toledo, del que se elimina todo objeto superfluo para llegar a la sobriedad del trazo mediante una paleta de colores terrosos. Será un arte a medio camino entre la tradición y la modernidad. La Escuela de Vallecas se disolverá con la llegada de la guerra civil en 1936, aunque será la única que resurgirá posteriormente como segunda escuela de Vallecas (1939-1942).
— que integran la exposición colectiva de 1945 en la Galería Buchholz de Madrid. Algunos consideran este grupo como un mero proyecto comercial puesto en marcha por críticos de arte y galeristas, con el objeto de crear un mercado de pintura de paisaje.
.
En la década de los cincuenta y sesenta, simultáneamente a esta línea de abstracción informalista, se desarrolló una corriente más constructiva y geométrica, representada por Eusebio Sempere o Andreu Alfaro, y también una escuela realista, con Antonio López y Amalia Avia en Madrid, y Carmen Laffón en Sevilla.
De los sesenta a los ochenta conviven artistas ya consagrados con miembros de nuevos movimientos, como el
Grupo Hondo
fundado en 1961 en Madrid. Su doctrina se vincula con una pintura figurativa, muy comprometida y de fuerte carácter expresionista. Se opuso a la abstracción, utilizando, en ocasiones, elementos alegóricos tomados de la realidad. Sus fundadores -Genovés, Orellana, Paredes Jardiel y Mignoni- expusieron su obra de manera colectiva en la Galería Neblí de Madrid. En 1963, tras una segunda presentación de su trayectoria pictórica en la Sociedad de Amigos de Arte, se sumaron al grupo José Vento y Carlos Sansegundo. El grupo se disolvió un año después.
, los pop–entre los que cabe destacar a Eduardo Arroyo y Equipo Crónica—, el
Grupo de Cuenca
Nombre utilizado para designar a un conjunto de artistas que, en los años sesenta, se trasladaron a la ciudad de Cuenca con el fin de dar a conocer y desarrollar el arte abstracto en España. La agrupación estuvo liderada por Fernando Zóbel (1924-1984), Gustavo Torner (1925) y Gerardo Rueda (1926-1996), que fueron, además, los promotores del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, inaugurado en 1966. Paulatinamente, destacadas figuras de la abstracción española −entre otros, Eusebio Sempere (1923-1985), Antonio Lorenzo (1922-2009), Manuel Hernández Mompó (1927-1992), José Guerrero (1914-1991) y Manolo Millares (1926-1972)− se desplazaron a Cuenca, convirtiendo la ciudad en un auténtico hervidero artístico y cultural. Este grupo sentó las bases de la modernidad artística en la España de los años sesenta y se convirtió en referente para las generaciones de jóvenes artistas que contemplaban con admiración el trabajo de estos creadores de vanguardia.
y la plétora de singulares artistas individuales como Manuel Hernández Mompó, Gonzalo Chillida, Albert Ràfols Casamada, Alfredo Alcaín, Luis Gordillo, José María Sicilia y Miquel Barceló.
También encontraremos artistas individuales muy reconocidos en la década de los ochenta y posteriores, como Soledad Sevilla, Nacho Criado, Adolf Schlosser, Eva Lootz, Miquel Navarro, José Manuel Broto, Carmen Calvo, Juan Navarro Baldeweg o Manuel Salinas, entre otros nombres importantes.
Llegados los ochenta, algunas figuras deciden traspasar fronteras para lograr un éxito internacional, como Miquel Barceló, José María Sicilia, Frederic Amat, Víctor Mira, Juan Carlos Savater, Darío Urzay, Francisco Leiro, Darío Álvarez Basso, Ángel Mateo Charris o Sigfrido Martín Begué.
Obras del itinerario