En una continua búsqueda de un estilo artístico personal, Eusebio Sempere va pasando, con el tiempo, de la abstracción a la simplificación geométrica, persiguiendo el dinamismo y el movimiento en sus obras, así como los volúmenes y la tridimensionalidad. Partiendo de las bases del y el , se desliza hacia el op art y las corrientes cinéticas. Formará parte del grupo Parpalló.

La línea es la base de su obra, con ella crea efectos espectaculares y volúmenes geométricos que parecen levitar en el espacio. A través del color y del trazo de la línea, generalmente en paralelo, consigue dar movimiento y volumen a sus obras, generando a veces lo que se conoce como efecto

 moiré 

sensación visual que se genera en la interferencia de dos rejillas de líneas con un cierto ángulo o cuando tales rejillas tienen tamaños ligeramente diferentes. El origen de esta expresión procede de un tipo de seda denominado así por estar tejido formando aguas.

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En 1953 comienza a realizar una larga serie de gouaches sobre cartulina negra, entre los que hay que incluir esta obra de 1962, que el propio artista titula a mano Paisaje con luna llena.

Como viene haciendo desde 1959, Sempere configura imágenes a base de formas complejas y reticulares que parecen estar en constante movimiento. Aquí recurre a la curva en forma de S muy característica en sus obras.

La gama de tonos fríos en azules y violetas, con pequeños toques anaranjados y amarillos, vibra sobre el fondo negro, creando una espectacular visión de la noche y la luz de la luna llena, que parece estar reflejada en el agua ondulante.