Joan Miró

(Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983)

Quatre colors aparien el món…, J. V. Foix II

1975

grabado (aguafuerte y aguatinta) sobre papel (H.C.)

90 x 63 cm

Nº inv. 2768

Colección BBVA España



Pintor, escultor, grabador y ceramista español, a los dieciocho años decide dedicarse a la pintura en un ambiente dominado por las últimas tendencias artísticas francesas, iniciando así una gran producción basada en el equilibrio entre la expresión y la experimentación, donde sintetiza el
y el
y combina lo real con la abstracción procedente de su contacto con el surrealismo -del que formó parte activa- que derivaría posteriormente en la abstracción expresionista.

La utilización del grabado como técnica permite a Miró llegar hasta un público más amplio. Su capacidad de invención y experimentación con nuevos materiales aporta novedades en el proceso de estampación que potencian la expresividad de la obra. Los resultados que obtiene son sin duda los de un maestro que rompe con las formas académicas sin llegar a abandonar la tradición.

Esta obra forma parte de una serie de cinco grabados que ilustran poemas del poeta catalán Josep Vicenç Foix, al que le unía una estrecha amistad. En el año en el que realizó esta carpeta en el taller de Joan Barbarà -con el que trabajó hasta 1979-, Miró ya era un artista mundialmente conocido, cuya constante curiosidad le llevaba a experimentar con distintas técnicas.

Utiliza los colores primarios -rojo, amarillo y azul- enriquecidos por el verde y su eterno negro, junto a sus signos más habituales: el ojo, la estrella y la luna. Una serie que parece evocar la unión, la fecundación, la incubación y el nacimiento de un pájaro en una dinámica ascendente.