Salvador Victoria

(Rubielos de Mora, Teruel, 1928 – Alcalá de Henares, Madrid, 1994)

Sin título

1972

serigrafía sobre papel (P.A.)

70 x 50 cm

Nº inv. 31504

Colección BBVA España



Salvador Victoria es una figura fundamental en la renovación plástica de la España del siglo XX. Su pintura evoluciona desde un lenguaje informalista en los años cincuenta −coincidiendo con su traslado a París y su descubrimiento del
y el
− hacia una
de formas y colores puros, con el círculo como eje principal de la composición. Estos rasgos marcarán visual y conceptualmente su obra de la década de los setenta. Tras un periodo de incesante experimentación, en torno a los ochenta recupera el trazo libre y vibrante de sus primeras obras. Sin abandonar la forma circular, las composiciones de este periodo muestran un ritmo más sosegado que las obras de su etapa parisina y suponen la culminación de un largo proceso de investigación con la forma, el color y la materia, elementos de los que Victoria se sirve para lograr trascender los límites de lo puramente visual.

En 1967 Salvador Victoria se adentra en el mundo de la obra gráfica, que se convierte desde ese momento, y hasta el final de su vida, en un eje fundamental de su producción. A lo largo de su vida colabora con numerosos talleres y grabadores, creando un conjunto de obras que fluyen y evolucionan en paralelo a su producción pictórica y evidencian su afán experimentador. Durante los años setenta trabaja incesantemente en el campo gráfico, resultando un conjunto de obras que se caracterizan por un gran rigor geométrico en la composición y el uso de colores llamativos, que aportan un marcado ritmo a las piezas. En 1972 edita esta obra, estampada en el taller de Ángel López. Muy similar en formato y concepto a otra
del mismo año, también en la Colección BBVA (n.º inv. 31503), la pieza muestra el universo formal que Victoria introduce en su trabajo en este momento y que irá perfilando a lo largo de toda la década: formas depuradas, con una presencia predominante del círculo, fluyen por el espacio en el que asoma la línea del horizonte. Este novedoso plano, que eleva su trabajo a una nueva dimensión, se puede ver en pinturas de la misma época, como Transición o Composición, también en la Colección BBVA.