Joan Miró

(Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983)

Homenatge a Joan Prats V

1971

litografía sobre papel (H.C)

64,5 x 84,4 cm

Nº inv. 31580

Colección BBVA España



La utilización del grabado como técnica permite a Miró llegar hasta un público más amplio. Su capacidad de invención y experimentación con nuevos materiales aporta novedades en el proceso de estampación que potencian la expresividad de la obra. Los resultados que obtiene son sin duda los de un maestro que rompe con las formas académicas sin llegar a abandonar la tradición.

A partir de 1967 Miró comienza a utilizar la técnica del carborundum que había inventado Henri Goetz (1909-1989). Frente al grabado tradicional -en el que se trabaja el metal mediante el
, la
o el ácido-, el nuevo material permitía un relieve matérico derivado de una estructura compuesta por elementos muy resistentes a la presión. El aumento del formato del papel, que llega a medir hasta 160 x 129 cm, le permite crear grabados monumentales, tanto por su tamaño como por la profundidad de sus colores y la precisión y poder del trazo, que se ve reforzado mediante la materia que le aporta el uso del carborundum.

En 1971 Miró dedica una carpeta de quince litografías en color, con sus correspondientes estados en negro, a su gran amigo Joan Prats (Homenatge a Joan Prats), serie que fue expuesta ese mismo año en la Sala Gaspar de Barcelona y un año después en la Sala Pelaires de Palma de Mallorca.

En estas composiciones volvemos a encontrar sus colores base -rojo, amarillo y azul- enriquecidos por el verde y su eterno negro, junto a sus signos más habituales: el ojo, la estrella y la luna. Ejemplo del lenguaje poético del artista catalán, poblado de signos en los que resulta evidente su riqueza gestual y su creatividad.