Albert Ràfols Casamada

(Barcelona, 1923 – 2009)

Sin título

1978

grabado (aguafuerte y aguatinta) sobre papel (29/60)

64 x 50,2 cm

Nº inv. 32759

Colección BBVA España


Pintor, dibujante y pedagogo del arte, decide abandonar sus estudios de arquitectura para adentrarse en el mundo de la pintura. Gracias a una beca viaja en la década de 1950 a París, donde profundiza en el estudio de los grandes artistas de la vanguardia de la segunda mitad del siglo XX. Partiendo de una figuración poscubista, se aproxima al
y al neodadaísmo, para asumir en los años ochenta una abstracción heredera del
norteamericano, sobre todo de Mark Rothko (1903-1970). Es muy difícil realizar una lectura sintética de su obra, ya que esta responde a una idea del arte como necesidad expresiva, lo que le convierte en uno de los pintores pioneros y grandes referentes de la
en España.
 
El talento de Ràfols como grabador queda latente en su capacidad de asimilación de los diferentes lenguajes imperantes, como la libertad colorista de Joan Miró, las composiciones cinéticas de Sempere o la dicotomía blanco-negro de la obra gráfica de Eduardo Chillida.
 
Sus grabados reflejan sencillez, experimentación y sensibilidad cromática, como en este caso con el color azul predominante, y en una búsqueda de la armonía entre ficción y realidad.