Eusebio Sempere

(Onil, Alicante, 1923 – 1985)

Para el museo de Cuenca

1978

serigrafía sobre papel (13/100)

75,1 x 50,1 cm

Nº inv. 32356

Colección BBVA España


En una continua búsqueda de un estilo artístico personal, Eusebio Sempere va pasando, con el tiempo, de la abstracción a la simplificación geométrica, persiguiendo el dinamismo y el movimiento en sus obras, así como los volúmenes y la tridimensionalidad. Partiendo de las bases del
y el
, se desliza hacia el
 
 
y las corrientes cinéticas. Formará parte del
.

La línea es la base de su obra, con ella crea efectos espectaculares y volúmenes geométricos que parecen levitar en el espacio. A través del color y del trazo de la línea, generalmente en paralelo, consigue dar movimiento y volumen a sus obras, generando a veces lo que se conoce como efecto
.

La
va a ser la técnica más utilizada durante su trayectoria artística, que aprendió en París hacia el año 1955 en el taller del artista cubano Wilfredo Arcay (1925-1997), quien estuvo trabajando en la galería de Denise René en trabajos de artistas como Piet Mondrian (1872-1944) y Victor Vasarely (1906-1997), entre otros. Sempere define el aprendizaje de esta técnica como un proceso lento, estudiado y meticuloso, que le permite concentrar de manera óptima los motivos y figuras para hacerlos más evidentes. Tras su aprendizaje en París, tuvo como fiel colaborador en esta técnica a Abel Martín.

Para Sempere, la luz tiene una importancia capital en sus obras ya que, combinada con el color, es capaz de crear esas ilusiones ópticas, esos juegos de líneas y formas geométricas que caracterizan, a la postre, el estilo de este gran artista.