María Gómez

(Salamanca, 1953)

Cada cierto tiempo se lee el mismo libro

1993

técnica mixta (óleo, carboncillo y cera) sobre papel encolado a lienzo

100,1 x 81 cm

Nº inv. 4100

Colección BBVA España


Esta artista utiliza la figura humana como tema principal de sus obras. Son figuras de corte clásico, solitarias, que representa misteriosas y melancólicas dentro de espacios desnudos.

Su obra es a menudo autobiográfica. Sus cuadros enigmáticos, silenciosos y solitarios, de gran carga simbólica, pueden recordarnos los de Giorgio Morandi (1890-1964).

La utilización de colores cálidos, suaves, de contornos difusos, influye en la delicadeza de sus obras, de expresividad contenida. La luz resulta fundamental para lograr esos ambientes ideales producto de la ensoñación. Aunque la escena sea de interior, la manera de trabajar es siempre la misma, luz diurna o nocturna, no hay término medio en la modulación lumínica, no existe el crepúsculo en sus composiciones.

En esta obra la figura de una mujer se presenta solitaria y pensativa, absorta en la lectura y ajena a lo que ocurre en el exterior. La pasión de María Gómez por la literatura se traduce en la presencia de libros en muchas de sus composiciones, quizás porque desde niña su vida siempre ha estado rodeada de libros, pues su padre era encuadernador de profesión.

La obra tiene un aspecto abocetado, como inacabado. Los trazos no están totalmente cerrados, son espontáneos. Esto le permite crear la sensación de movimiento en las manos de la mujer, que parece pasar las páginas del libro que lee ensimismada. La figura se ve limitada a un espacio sobrio y atemporal, en el que difícilmente cabe. Todo le queda pequeño. María Gómez juega con la doble dimensión en esta obra, crea un cuadro dentro de otro, acotando cada vez más el espacio disponible.