Darío Villalba

(San Sebastián, 1939 – Madrid, 2018)

Paipái de abrigos y perros

1985

collage sobre papel

117 x 85 cm

Nº inv. 5133

Colección BBVA España



Darío Villalba es considerado un auténtico pionero en el campo de la fotografía y del arte del siglo XX. Su figura es difícil de encajar en un único movimiento artístico, ya que, a lo largo de su trayectoria, tantea diversas corrientes, no terminando de adscribirse a ninguna de ellas. Heredero del
español, el
y el
, en los inicios de su carrera su trabajo explora los principios del expresionismo, que conoce en su periodo como estudiante en la Universidad de Harvard. Durante su estancia en Estados Unidos se acerca al
, al utilizar la fotografía como principal medio de expresión. Sin embargo, pronto se desvincula de este movimiento, dando a esta práctica una nueva dimensión. Lejos de poner el centro de atención en el objeto de consumo, tan característico del
, se aproxima al ser humano con la intención de profundizar y leer el alma de los individuos, preocupándose muy especialmente por aquellos personajes aislados, olvidados y, de algún modo, expulsados de la sociedad. A través de su producción, les da voz y protagonismo, haciéndonos reflexionar sobre la vida, la enfermedad, la soledad y la muerte de una manera absolutamente poética e inspiradora.

La fotografía de Villalba habla de pintura; pintura que, a la vez, es fotografía. Desde que en los años setenta empezara a explorar los límites comunicativos de esta práctica, el artista no recurre a la instantánea con un objetivo documental, sino como medio expresivo para contar una historia y revelar un mensaje. A través de la alteración con óleo, lápiz y barniz, sus fotografías adquieren un nuevo significado, que va más allá de la representación, obteniendo un acentuado sentido pictórico. A pesar de que los temas que aborda son profundamente dolorosos, el tratamiento que hace de las imágenes genera un conjunto de obras de una impecable belleza, armonía y pureza.

Esta original pieza de la Colección BBVA sintetiza las investigaciones plásticas que han obsesionado a Villalba a lo largo de su trayectoria. Lejos de seguir un camino puramente cronológico y progresivo, su trabajo regresa constantemente a técnicas y a procedimientos anteriores, así como a imágenes ya utilizadas, con las que logra un resultado absolutamente innovador.

Se trata de un encargo del Banco Exterior de España para la muestra Otros Abanicos, que se celebró en 1985 en la sede madrileña del Banco. La exposición era una reflexión en torno a este objeto de larga tradición en la artesanía española. Para ello se encargó a un grupo de artistas jóvenes realizar una obra cuyo soporte fuese este histórico elemento, bien siguiendo la forma del
tradicional español, bien la del paipái japonés. Entre los artistas que participaron en el proyecto destacan José Manuel Broto (1949), Carmen Calvo (1950), Luis Gordillo (1934), Eva Lootz (1940) y Soledad Sevilla (1944). Además, los objetos fueron acompañados por textos de escritores como Camilo José Cela, Antonio Gala, y Ángel González, entre otros.

La propuesta de Darío Villalba parte de una práctica que comienza a explorar a partir de 1982: el
. Esta técnica será fundamental en su producción, pues su creación conlleva, por primera vez, la aparición de una forma de trabajar puramente autómata, en la que predomina la acción totalmente libre de la mano frente a la deliberada reflexión de la mente. En sus collages, recoge todo tipo de materiales que funde de manera automática sobre el soporte. Paipái de abrigos y perros es un magnífico ejemplo de esta investigación. Realizada en 1985, emplea como soporte un paipái de grandes dimensiones, sobre el cual pega papeles pintados, telas y fotografías procedentes de su archivo visual −y ya utilizadas en obras anteriores: la instantánea del perro se distingue también en unos Encapsulados de su primera etapa titulados Perros (1974), en Perro doble (1979) y en el
Perro andaluz malva de 1984, entre otras−. Lo mismo sucede con las imágenes de los abrigos, que aportan un interesante efecto de tridimensionalidad a la composición. Estas tienen su origen en una fotografía que el artista lleva a cabo en 1964 en Hyde Park (Londres) a una mujer tomando el sol cubierta por su abrigo. Al igual que ocurría con las figuras de los perros, la del abrigo formará parte de varios collages de 1984, como Dos abrigos, Síntesis y Melo. Esta interesante técnica muestra cómo el artista recurre reiteradamente a las mismas fuentes, que descontextualiza por completo en cada caso, dotándolas de un nuevo significado y convirtiéndolas en iconos plenamente autónomos. De este modo, su trabajo deviene un continuo transformar y manipular, un constante viaje al pasado y una incursión en el futuro en busca de nuevas referencias e inspiraciones.

Paipái de abrigos y perros es una pintura realizada sin pintar, que evidencia su fascinación de Villalba por la potencia visual de las imágenes y su poder para generar fuertes tensiones en el espectador. A pesar del aparente desorden de los elementos, el resultado –y este es un rasgo que caracteriza la mayor parte de su trabajo− es una pieza de gran fuerza, rotundidad y equilibrio, en la que cada componente cumple su función plástica. En ella el artista engloba sus investigaciones en torno al
y al uso, recuperación y manipulación de las instantáneas, creando una obra de arte total que explora los límites de la escultura, la pintura y la fotografía.