Miguel Ángel Campano

(Madrid, 1948-2018)

Sin título

1979

serigrafía sobre papel (37/75)

50 x 59,9 cm

Nº inv. 5476

Colección BBVA España


El amor por la pintura se hace evidente en Campano a través de un lenguaje único y personal. Según sus propias palabras, José Guerrero (1914-1991) fue su maestro: “Él fue quien me encauzó por la vía pictórica. Yo venía de otras formas de arte, del bricolaje, cosas que no eran pintura pura. Su lección fue conducirme a esa pintura pura”.
 
Tras sus primeras experiencias dentro del automatismo, en los setenta utiliza como referente la obra de Gerardo Rueda (1926-1996) y Gustavo Torner (Cuenca, 1925),
que le aportará una ordenación compositiva y cromática. En 1974 se traslada a París, donde su pintura se expande y se libera, más en la línea del expresionismo norteamericano, que le lleva a utilizar grandes formatos en sus obras y a que estas ganen en expresividad y dinamismo. En los ochenta comienza a trabajar en series que abordan temas poéticos o reinterpretaciones de grandes pintores a los que admira, como es el caso de Nicolas Poussin (1594-1665), Eugène Delacroix (1798-1863) y Paul Cézanne (1839-1906).
 
Estas obras gráficas, fechadas a mediados de la década de los setenta, guardan cierta similitud con la serie La Ventana, que realizó entre los años de 1973-1974. En dicha experimentación las formas cuadrangulares y rectangulares se convierten en protagonistas de la expresión del lenguaje del artista, apoyándose, como es habitual en su producción, en el color en diferentes grados de matiz y saturación.