Josep Guinovart

(Barcelona, 1927-2007)

Sin título

1975

grabado (aguafuerte, aguatinta), lápiz, y collage sobre papel (19/40 convertido en pieza única)

59,9 x 51,9 cm

Nº inv. 555318

Colección BBVA España



Enmarcado dentro del
, Josep Guinovart fue un artista polifacético, cuya amplia producción cuenta con un importante conjunto de obra gráfica. Figura clave de la vanguardia catalana durante la segunda mitad del siglo XX, evolucionó desde la figuración a la abstracción, influido principalmente por el surrealismo y el
, para configurar un universo plástico muy personal.
A partir de mediados de los años 70, comenzó a interesarse por el grabado a la vez que investigaba sobre la proyección tridimensional de sus obras. Como fruto de este estudio, realizó diferentes series, concebidas a modo de cajas de pequeño formato, situadas en el umbral entre la escultura y la pintura. Aunque fueron creadas individualmente, en conjunto se complementan de manera natural, ampliando su significado, tal y como observamos que sucede con los tres ejemplares –uno de ellos es la presente pieza− que forman parte de la Colección BBVA.
Empleando una técnica mixta, Guinovart recurre al grabado para resaltar la zona central, en torno a la que distribuye la composición, que continúa fuera de la huella utilizando distintos materiales, como lápiz y
. Así, estructura el espacio de manera equilibrada, aunando la fantasía surrealista de las formas orgánicas del fondo con la austeridad formal de los espacios en blanco, creando una composición de enorme fuerza expresiva que define su mundo interior.
En ocasiones añade elementos de su entorno más cercano mediante
, como vemos aquí, donde incorpora cintas de algodón teñido para destacar su tridimensionalidad y establecer un diálogo entre el objeto pictórico y el mundo exterior, algo que será un recurso constante a lo largo de toda su trayectoria.
En cada una de estas cajas Guinovart pretende atrapar una realidad limitada, a la que se accede a través de la idea de ventana (un concepto muy utilizado durante toda la historia del arte). Pero su objetivo va más allá de la mera observación: a través de la ruptura de las normas pictóricas pretende ofrecer al espectador una experiencia que le sorprenda, que le lleve a encontrar un equilibrio entre lo material y lo espiritual.