Salvador Victoria

(Rubielos de Mora, Teruel, 1928 – Alcalá de Henares, Madrid, 1994)

Sin título

1973

serigrafía sobre papel (11/75)

70,9 x 49,9 cm

Nº inv. 6742

Colección BBVA España


Salvador Victoria es una figura fundamental en la renovación plástica de la España del siglo XX. Su pintura evoluciona desde un lenguaje informalista en los años cincuenta −coincidiendo con su traslado a París y su descubrimiento del
y el
− hacia una
de formas y colores puros, con el círculo como eje principal de la composición. Estos rasgos marcarán visual y conceptualmente su obra de la década de los setenta. Tras un periodo de incesante experimentación, en torno a los ochenta recupera el trazo libre y vibrante de sus primeras obras. Sin abandonar la forma circular, las composiciones de este periodo muestran un ritmo más sosegado que las obras de su etapa parisina y suponen la culminación de un largo proceso de investigación con la forma, el color y la materia, elementos de los que Victoria se sirve para lograr trascender los límites de lo puramente visual.

En 1967 Salvador Victoria se adentra en el mundo de la obra gráfica, que se convierte desde ese momento, y hasta el final de su vida, en un eje fundamental de su producción. A lo largo de su vida colabora con numerosos talleres y grabadores, creando un conjunto de obras que fluyen y evolucionan en paralelo a su producción pictórica y evidencian su afán experimentador. En los setenta desarrolla un tipo de composición que denomina superposiciones: obras en las que superpone capas de cartulina y acetato, que le sirven para investigar con el material, el volumen y la luz. Este mismo concepto de superposición lo traslada a la obra gráfica, estampando unas tintas sobre otras, como se observa en esta llamativa
de 1973. Victoria ha eliminado el trazo y el gesto en favor de una forma y un color más puros, recurriendo a una delicada composición a base de elementos geométricos. La superposición de varias capas de pintura, que transforma la forma circular en anular, genera un efecto hipnótico, potenciando la sensación de profundidad a pesar de la planitud de las tintas utilizadas.