Miguel Ángel Campano

(Madrid, 1948-2018)

Sin título

1985

acuarela sobre papel

56,5 x 76,7 cm

Nº inv. 856

Colección BBVA España


El amor por la pintura se hace evidente en Campano a través de un lenguaje único y personal. Según sus propias palabras, José Guerrero (1914-1991) fue su maestro: “Él fue quien me encauzó por la vía pictórica. Yo venía de otras formas de arte, del bricolaje, cosas que no eran pintura pura. Su lección fue conducirme a esa pintura pura”.

Tras sus primeras experiencias dentro del automatismo, en los setenta utiliza como referente la obra de Gerardo Rueda (1926-1996) y Gustavo Torner (1925),
que le aportará una ordenación compositiva y cromática. En 1974 se traslada a París, donde su pintura se expande y se libera, más en la línea del
norteamericano, que le lleva a utilizar grandes formatos en sus obras y a que estas ganen en expresividad y dinamismo. En los ochenta comienza a trabajar en series que abordan temas poéticos o reinterpretaciones de grandes pintores a los que admira, como es el caso de Nicolas Poussin (1594-1665), Eugène Delacroix (1798-1863) y Paul Cézanne (1839-1906).

Esta acuarela, realizada en el año 1985, coincide con la exposición colectiva que se celebró en Nueva York, en la que participó junto a artistas como José María Sicilia (1954) y Miquel Barceló (1957). Esta muestra supuso un punto de inflexión en su creación y un cambio en su visión estética.

La obra representa de manera esquemática una vista urbana, con leves trazos que perfilan la ribera de un río en el que casas, árboles y un puente equilibran la composición.