Leonardo Nierman

(Ciudad de México, 1932)

Sin título

s.f.

serigrafía sobre papel (40/150)

60 x 80 cm

Nº inv. CBB291

Colección BBVA México



Además de la pintura y la escultura, Leonardo Nierman practicó el vitral y el tapiz. Como el artista suizo Max Ernst (1891-1976), cuyos paisajes minerales admiraba, soñaba con ser músico, pero realizó estudios de física y matemáticas. En su obra temprana se encuentra en estado embrionario la ebullición estelar del desafío pictórico al cosmos que lo ocupará en décadas futuras y que lo convierten en un obstinado representante de la
en México. 

Para él, la pintura es una grieta a través de la cual nos es dado penetrar en un mundo donde encontrar una tempestad de emociones y revelaciones formidables. En su lógica perceptiva, la materia alcanza un estado de incandescencia del que emerge un cuerpo diamantino evocador del caos de los principios del mundo. El macro y el microcosmos se reencuentran en sus imágenes, que persiguen la experiencia del deslumbramiento ante un relámpago o del surgir de flamas solares en el interior de los mares. 

En esta evocación de fenómenos de explosión de la materia física, un verdadero desafío de traducción visual de la ebullición estelar del cosmos, se advierten numerosas similitudes formales con ciertos artistas del
.