Germán Venegas

(La Magdalena Tlatlauquitepec, Puebla, 1959)

Máscaras

1987

técnica mixta sobre papel

84,3 x 103,4 cm

Nº inv. CCB182

Colección BBVA México



Como observa la crítica Teresa del Conde, “Germán Venegas es un artista muy representativo de su tiempo. Un tiempo en el que las cosmovisiones y las utopías son vistas con irreverencia y acaso también con nostalgia. Un tiempo que, más que continuidad, ofrece los jirones entresacados de un enorme arsenal de signos susceptibles de retomar sin establecer jerarquías”.

Estas Máscaras de Germán Venegas podrían llevar por subtítulo la palabra pandemonium. Venegas es esperpéntico y macabro. No le arredra la cohabitación de santos y mártires con deidades prehispánicas, de mitos paganos con iconografía cristiana. 

En Máscaras se vislumbran los carnavales del pintor belga James Ensor (1860-1949). Sin embargo, lo grotesco de la obra de Venegas no debe invalidar su trabajo dibujístico, a la vez desenfadado y lúdico, como factor de equilibrio e integración del espacio y el volumen. Asimismo, el bullicio afrodisíaco de las formas delata una asimilación de las fuentes artísticas más libertarias de la historia de la posguerra (
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). El burdo y precipitado trazo de las faces y su colorido explosivo y “ensuciado” dan a esta obra un aspecto cacofónico premeditado que no pretende ocultar su cuña subterránea de fatalismo y violencia. La apropiación, la glosa, la hibridación y el reciclaje de imágenes atávicas, trituradas en facturas barroquizantes, llenas de exuberancia, era una práctica común en los años 1980 y 1990. A esa fase primitivista sucede una crisis existencial, en la que Venegas descubre el budismo, experiencia que lo lleva a la madurez procurada por la búsqueda espiritual.