Aurelio Arteta es considerado uno de los principales protagonistas de la renovación pictórica vasca durante el primer tercio del siglo XX. Artista de sólida formación, y miembro fundador de la

compuesta por un selecto grupo multidisciplinar de artistas vascos de preguerra, se crea el 29 de octubre de 1911 para promocionar el arte vasco a través de exposiciones, publicaciones, conferencias y concursos. La primera exposición colectiva se realiza en 1912 en la sala de la Sociedad Filarmónica. Entre otros, formaron parte de esta asociación Aurelio Arteta, Darío de Regoyos, Francisco Iturrino, Anselmo Guinea e Ignacio Zuloaga.
, se consagró como pintor de tipos y costumbres populares a la cabeza del sentir expresivo del alma colectiva del pueblo vasco, temática a través de la cual creó un concepto estético muy personal, con el objetivo de realzar lo cotidiano en un proceso de depuración formal.
Descargadoras de carbón en la ría es un excelente ejemplo en el que nos muestra, de manera armónica, la simbiosis entre

Tendencia artística, literaria y musical que reivindica la búsqueda de la armonía, la simplicidad y el equilibrio en las formas, características propias de la Antiguedad Clásica. En el ámbito artístico, surge con el Renacimiento −convirtiéndose en nuevo canon estético para conseguir la perfección− y fue la tendencia dominante durante los siglos XVIII y XIX en el arte académico oficial. Con la aparición del

Movimiento cultural que se originó en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII como reacción contra la Ilustración, dando prioridad a la exaltación de los sentimientos y a la búsqueda de la libertad. Se extendió por toda Europa, surgiendo distintas tendencias según el país donde se desarrolló. El Romanticismo pictórico vivió su mayor apogeo en Francia entre 1820 y 1850, sucediendo al Neoclasicismo. Su objetivo principal fue oponerse a las normas de la pintura académica, rompiendo con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas y apostando por una pintura más subjetiva y original. Entre sus características formales destaca el uso de fuertes contrastes lumínicos, la importancia del color sobre el dibujo y el uso de una pincelada impetuosa y espontánea, aumentando así la sensación de dramatismo de la escena. Sus máximos representantes fueron en Alemania Caspar David Friedrich (1774-1840), en Reino Unido John Constable (1776-1837) y J. M. W. Turner (1775-1851) y en Francia Théodore Géricault (1791-1824) y Eugène Delacroix (1798-1863).
comienza su decadencia, hasta llegar a la ruptura total en el siglo XX con el nacimiento de las primeras vanguardias.
y modernidad tan frecuente en su producción. Se aprecia la base del lenguaje clásico, que asimiló en su estancia en Italia, así como la lección aprendida del

Término acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles (1870-1943) para designar al movimiento artístico surgido en Francia en 1907 de la mano de Pablo Picasso (1881-1973) y Georges Braque (1882-1963), que implicó una ruptura definitiva con la pintura tradicional. Considerada como la primera vanguardia histórica del siglo XX, su principal característica es la representación de la naturaleza a través del uso de formas geométricas bidimensionales que fragmentan la composición, desapareciendo por completo la perspectiva. Esta innovación plástica y conceptual supuso una gran revolución y jugó un papel fundamental en el desarrollo del arte del siglo XX.
−principalmente de Daniel Vázquez Díaz (1882-1969)− en la simplificación estructural, el estudio detallado de las proporciones y la composición arquitectónica. A su vez podemos destacar la influencia de Puvis de Chavannes (1824 -1898), presente en el tono alegórico de la representación, que se aleja del dramatismo habitual para crear una obra de carácter armonioso y casi lírico.
En su conjunto, la escena supone un claro elogio hacia la laboriosidad femenina y la estimable tarea de estas mujeres que, con su esfuerzo y tenacidad, participan activamente en el desarrollo de la industria vasca. A nivel compositivo nos remite a
Paisaje urbano con figuras (Museo de Bellas Artes de Bilbao) realizado en torno a 1920, fecha en la que comienza a elaborar sus bocetos para la serie de frescos que adornarán la rotonda del edificio que el Banco de Bilbao estaba construyendo en la madrileña calle de Alcalá.