Eusebio Sempere

(Onil, Alicante, 1923 – 1985)

Sin título

1973

Serie Tiempo de París

serigrafía sobre papel (70/75)

65 x 50 cm

Nº inv. P00246

Colección BBVA España



En una continua búsqueda de un estilo artístico personal, Eusebio Sempere va pasando, con el tiempo, de la abstracción a la simplificación geométrica, persiguiendo el dinamismo y el movimiento en sus obras, así como los volúmenes y la tridimensionalidad. Partiendo de las bases del
y el
, se desliza hacia el
 
 
y las corrientes cinéticas. Formará parte del
.

La línea es la base de su obra, con ella crea efectos espectaculares y volúmenes geométricos que parecen levitar en el espacio. A través del color y del trazo de la línea, generalmente en paralelo, consigue dar movimiento y volumen a sus obras, generando a veces lo que se conoce como efecto
.

La
va a ser la técnica más utilizada durante su trayectoria artística, que aprendió en París hacia el año 1955 en el taller del artista cubano Wilfredo Arcay (1925-1997), quien estuvo trabajando en la galería de Denise René en trabajos de artistas como Piet Mondrian (1872-1944) y Victor Vasarely (1906-1997), entre otros. Sempere define el aprendizaje de esta técnica como un proceso lento, estudiado y meticuloso, que le permite concentrar de manera óptima los motivos y figuras para hacerlos más evidentes. Tras su aprendizaje en París, tuvo como fiel colaborador en esta técnica a Abel Martín.

La serie “Tiempo de París”, se circunscribe dentro de las denominadas “Series sueltas”, por no conformar una carpeta pero si una idea común. El conjunto se compone de 10 serigrafías, realizadas sobre cartulina negra, salvo una en marrón, que son una réplica exacta de los gouaches producidos en su primera época, entre los años de 1953-1955 y 1957-1960.

En las primeras, se ha sugerido una cierta relación con las formas geométricas de Paul Klee (1879-1940) y también de Vasili Kandinsky (1866-1944) mientras que las últimas captan el espíritu más personal del artista. La tirada, por petición del artista, se realizó en 100 ejemplares.

Para Sempere, la luz tiene una importancia capital en sus obras ya que, combinada con el color, es capaz de crear esas ilusiones ópticas, esos juegos de líneas y formas geométricas que caracterizan, a la postre, el estilo de este gran artista.