Manuel Losada

(Bilbao, 1865 - 1949)

El Sitio

s.f.

pastel sobre papel

98,7 x 69,3 cm

Nº inv. P00403

Colección BBVA España



Considerado uno de los principales protagonistas de la pintura vasca finisecular, el nombre de Manuel Losada está estrechamente ligado al imaginario del pasado bilbaíno, temática que cultivó a lo largo de toda su vida. Centrado en inmortalizar escenas de la ciudad, ambientadas en la segunda mitad del siglo XIX, dejó para la posteridad documentos gráficos de gran importancia. Cabe destacar su extraordinaria habilidad a la hora de elegir el entorno y el momento histórico, reflejando siempre lugares emblemáticos y fácilmente reconocibles. La frecuente representación de imágenes del Bilbao antiguo respondía claramente a la demanda del mercado del arte, que contaba con compradores deseosos de coleccionar fragmentos del pasado.

Este éxito pudo influir en la mirada nostálgica de Losada, que recurrió principalmente a la técnica del pastel para ilustrar hechos de cierta relevancia histórica. Tal es el caso de esta obra, que representa el edificio del Banco de Bilbao en la Plaza de San Nicolás durante El Sitio de 1874. Este episodio fue uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de Bilbao en la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad −posicionada a favor del liberalismo moderado− sufrió el asedio de las tropas carlistas, que duró más de cuatro meses, resistiendo y protegiendo los inmuebles para evitar su deterioro y demolición. Lejos de recrear las agradables escenas burguesas tan habituales en él, decide mostrar la ocupación militar que vivió la plaza de San Nicolás, y lo refleja con gran realismo.

En el momento del asedio, Losada tenía nueve años y se trasladó con su familia a Santander, por lo que no es probable que realizara este cuadro basándose en recuerdos de su infancia. Parece lógico pensar que recurriera a la fotografía antigua como fuente iconográfica directa, algo que, por otra parte, era habitual en su producción. Algunas imágenes conservadas en el fondo fotográfico del Archivo Foral de Bizkaia y en el Archivo Histórico de BBVA pueden probar que utilizó este medio como referencia. Pese a que la cruda realidad no queda plasmada en el colorido pastel, es cierto que los encuadres y el formato son similares. Respeta con fidelidad todos los detalles, como los soldados, los sacos terreros o las ventanas cubiertas con pieles de vaca colocadas para proteger el edificio. Además no podemos olvidar que conocía bien la temática a raíz de su colaboración como ilustrador en el folleto publicado en 1887 conmemorando el XIII aniversario del Sitio.

Junto a su relevancia documental, esta obra destaca por ser un claro ejemplo de la habilidad del artista en la elaboración de pinturas al pastel, técnica muy utilizada a lo largo de su carrera. Denota un estilo muy depurado, así como un tratamiento del color y la luz de suma modernidad. Esta maestría debió forjarse en sus estancias en París, donde fue testigo del desarrollo de los movimientos que revolucionaron el arte durante el último tercio del siglo XIX y principios del XX. Allí conoce de primera mano el impresionismo y posimpresionismo, de modo que es muy probable que su predilección por el uso del pastel se deba a su especial admiración por Edgar Degas (1834-1917). Losada se convierte así en un caso excepcional en la historia de la pintura española, ya que no hay constancia de ningún otro artista nacional que utilizase esta técnica con tanta frecuencia y calidad.

Al igual que ocurre con la mayor parte de la producción del pintor, la obra no aparece fechada y, dada la continuidad estilística que mantiene a lo largo del tiempo, no resulta fácil datarla con exactitud. A esto se une la falta de documentación existente, ya que solo quedaron registrados los datos referentes a encargos o participación en exposiciones. Sabemos que en los años veinte realiza varias obras con esta temática, de modo que cabe pensar que esta pieza la ejecutara durante esa etapa.