Eduardo Chillida Juantegui

(San Sebastián, 1924 – 2002)

Inguru III

1968

Serie Inguru

grabado (aguafuerte y chine collé)

63,70 x 90 cm

Nº inv. P00586

Colección BBVA España



En la producción de Chillida, obra gráfica y obra escultórica están estrechamente ligadas. A finales de los cincuenta comienza a investigar y experimentar con las técnicas del grabado. Al igual que en su escultura, en su obra sobre papel juega con conceptos contrapuestos como luz y sombra, forma y fondo, línea y plano.

Estas ideas se plasman en esta obra, que pertenece a la serie Inguru, realizada en 1968 y publicada por la editorial Gustavo Gili. El conjunto está formado por aguafuertes y aguatintas en los que se puede observar el juego de líneas gruesas en negro que, al ser colocadas unas cerca de las otras, dibujan entre sí líneas blancas, formando un conjunto sólido y de fuerte presencia en el papel. La contundencia de los trazos negros contrasta con la delicadeza de las líneas blancas, que generan una suerte de puzle, un elemento presente también en algunas de sus esculturas de piedra así como en otras obras sobre papel de la Colección BBVA, por ejemplo en Zeihartu II. Con ello Chillida se aleja de sus primeros grabados, más lineales y etéreos, que ponen de manifiesto su interés por la caligrafía oriental. La importancia del plano será cada vez más patente, hasta cubrir en gran medida la superficie de la huella de la obra.

El título escogido para la serie evidencia la gran importancia de la cultura vasca en la vida y la obra del artista: Yo estoy enraizado aquí, produzco aquí mi obra y ella no me pertenece (…) la siento con el deseo de que sea más cultura universal cada día, pero desde nuestras raíces. Este vínculo se hace patente en los títulos de sus obras, en su mayoría palabras en euskera. El título de la serie a la que pertenece esta obra, Inguru, hace alusión a conceptos como giro y alrededor, que tienen mucho que ver con su mirada de escultor, mirada que concibe y realiza la pieza atendiendo a todos los puntos de vista.

En cuanto a la técnica, el artista investiga cada material para exprimir al máximo sus posibilidades. En esta obra emplea, además del
, la técnica del
, que le permite crear una suave diferencia de tono; además, al grabar sobre el papel de origen vegetal superpuesto a otro de mayor gramaje, aumenta la calidad del
.

Inguru III es un interesante ejemplo de la obra gráfica de Eduardo Chillida, que, a pesar de lo delicado del soporte, presenta la misma fuerza plástica y conceptual que sus trabajos tridimensionales.