Eduardo Chillida Juantegui

(San Sebastián, 1924 – 2002)

Aundi II

1970

Serie Aundi

grabado (aguatinta y aguafuerte) sobre papel (P.A.)

118,7 x 157,9 cm

Nº inv. P02249

Colección BBVA España



Eduardo Chillida fue una de las principales figuras de la abstracción vasca. Sus obras se enmarcan dentro de las iniciativas plásticas no figurativas que surgieron durante la primera mitad del siglo XX y que abogaban por la creación de un arte nuevo, reflejo de las inquietudes creativas y conceptuales de la sociedad contemporánea. Desde finales de los años cuarenta, tras realizar sus primeras esculturas en yeso, influidas por la estatuaria clásica, sus investigaciones se centran en la relación entre la materia, el volumen, el espacio y el vacío. Para desarrollar estos planteamientos, introduce en su práctica el hierro, la madera y el alabastro, mediante los cuales consigue elaborar una obra abstracta que trasciende lo material para adentrarse en el mundo de lo intangible.

Dentro de su producción sobresalen los trabajos sobre papel. Las primeras creaciones en este soporte son dibujos etéreos y lineales, enmarcados dentro de un lenguaje figurativo que tiende hacia la simplificación. Con el paso del tiempo su estilo se torna completamente abstracto y gestual, haciendo patente su interés por el grafismo de la caligrafía oriental. En estas piezas destaca ya el elegante contraste entre el fondo claro y el trazo negro que se extiende sutil y libremente por la superficie. El propio artista lo describe en estos términos: “En una línea el mundo se une, con una línea el mundo se divide, dibujar es hermoso y tremendo”. La experimentación en este soporte continúa y, a finales de la década de 1950, Chillida se inicia en la técnica del grabado. En sus primeras obras el
invade el papel. A finales de los sesenta ya comienza a introducir aguatintas, cuyas densas manchas remiten a su trabajo tridimensional.

Tanto el grabado como la escultura son para Chillida un medio para el estudio de la luz y el contraste: lo oscuro y lo claro, el vacío y lo lleno. Esta poética de los opuestos es una constante en su obra. Sin embargo, a pesar de la confrontación de elementos y de la aparente dureza de los materiales, de sus composiciones emana una profunda serenidad, un rasgo que deriva posiblemente de la lectura de Zen in der Kunst des Bogenschiessens (El zen en el arte del tiro con arco), de Eugen Herrigel, un libro que leyó por recomendación de Georges Braque (1882-1963). Este tratado de espiritualidad zen propone la búsqueda de un estado de equilibrio entre las fuerzas contrarias con el fin de llegar al Todo, una reflexión evocada en Aundi II. Esta pieza, perteneciente a la serie de tres estampas de gran formato Aundi (Grande), fue editada en 1970 por Maeght Éditeur en París. En ella Chillida logra una excelente traducción de su lenguaje escultórico a las dos dimensiones, proporcionando al soporte una delicada materialidad, que contrasta con la rotundidad del grabado. Mediante las técnicas del
y del
, el artista consigue generar una superposición de formas constructivas en las que prima la modulación espacial y un perfecto equilibrio entre todos los elementos.