Joan Miró

(Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983)

Gat i ma

h. 1970

gouache y tinta china sobre papel (anverso) lápiz, tinta china y aguada sobre papel (reverso)

81,5 x 59,6 cm

Nº inv. P05583

Colección BBVA España



Esta obra refleja a la perfección el universo fantástico y la imaginación que subyacen en la iconografía y el estilo mironiano.

Pintor, escultor, grabador y ceramista español, a los dieciocho años decide dedicarse a la pintura en un ambiente dominado por las últimas tendencias artísticas francesas, iniciando así una gran producción basada en el equilibrio entre la expresión y la experimentación, donde sintetiza el
y el
y combina lo real con la abstracción procedente de su contacto con el surrealismo —del que formó parte activa— que derivaría posteriormente en la abstracción expresionista.

En Gat i ma el artista sigue materializando sus preocupaciones estéticas en una iconografía de signos muy personal. Sobre un fondo neutro, un espacio infinito e ilimitado, se dispone un gato negro que, en situación dominante, cerca a un pájaro multicolor. El ojo sobredimensionado del felino parece engullir una presa cuyo ojo ovalado expresa ingenuidad y ternura. Para limitar este escenario evidente, la mano del pintor-poeta intenta restaurar la paz; una mano chamánica que hunde sus raíces en el arte paleolítico y que garantiza el respeto y la inviolabilidad.

También aparece aquí otro signo recurrente en la obra de Miró, la estrella de ocho puntas que domina la escena. Símbolo de paz y eternidad y que aquí refuerza la acción de esa mano salvadora que preserva la suerte del pájaro.

Mientras que el brochazo del gato pretende dar sensación de impulso, el pájaro es estático, estructurado mediante superficies homogéneas de
con una paleta cromática de colores primarios incrementada por el verde y delimitada por un cerco negro que acentúa y sublima la composición.

El reverso también está trabajado. Unas perforaciones nos advierten de que este dibujo pudo haber servido como modelo para un grabado o una litografía. Representa una cabeza típicamente mironiana con su ojo totalmente abierto que fija una flecha dirigida hacia el cielo. Con tinta china, Miró dejó la huella de su mano derecha junto a una estrella de ocho puntas.