Salvador Victoria

(Rubielos de Mora, Teruel, 1928 – Alcalá de Henares, Madrid, 1994)

Sin título

1976

Carpeta editada por la Diputación Provincial de Teruel

serigrafía sobre papel (182/250)

61,9 x 46,9 cm

Nº inv. P05738

Colección BBVA España


Salvador Victoria es una figura fundamental en la renovación plástica de la España del siglo XX. Su pintura evoluciona desde un lenguaje informalista en los años cincuenta −coincidiendo con su traslado a París y su descubrimiento del
y el
− hacia una
de formas y colores puros, con el círculo como eje principal de la composición. Estos rasgos marcarán visual y conceptualmente su obra de la década de los setenta. Tras un periodo de incesante experimentación, en torno a los ochenta recupera el trazo libre y vibrante de sus primeras obras. Sin abandonar la forma circular, las composiciones de este periodo muestran un ritmo más sosegado que las obras de su etapa parisina y suponen la culminación de un largo proceso de investigación con la forma, el color y la materia, elementos de los que Victoria se sirve para lograr trascender los límites de lo puramente visual.

Dentro de la producción de Victoria la obra gráfica es tan importante como la pintura. El artista descubre las técnicas de grabado y estampación durante su estancia en París, de la mano de talleres como el de Wilfredo Arcay y de la Galería Denise René, que llevó a cabo una labor fundamental de edición de obra gráfica de artistas contemporáneos. En 1967 Victoria empieza a experimentar en este campo, primero con la
, mediante la que consigue un acabado plano de las tintas; posteriormente se adentra en las técnicas litográficas (de la mano del artista Dimitri Papagueorguiu, 1928) y calcográficas, que le permiten aportar nuevos matices a sus creaciones. A partir de 1965 empieza a aparecer en sus obras el círculo, considerado como la forma más completa y perfecta, convirtiéndose desde entonces y hasta el final de su vida en elemento esencial y protagonista de sus trabajos. Esta forma puede aparecer aislada en la composición o combinada con otras esferas o formas geométricas, como acontece en esta obra de la Colección BBVA. Esta
de 1976 pertenece a una carpeta editada por la Diputación Provincial de Teruel en la que participaron varios artistas turolenses: Miguel Ángel Encuentra (1951), José Lamiel (1924-2020), Gonzalo Tena (1950), Enrique Trullenque (1951-1990), Salvador Victoria, José Gonzalvo (1929-2010) y Pablo Serrano (1908-1985).

La
está realizada siguiendo una técnica recurrente en la producción estampada de Victoria: la superposición de capas de pintura que dejan entrever la tinta del plano subyacente. Este procedimiento genera delicadas veladuras, que confieren volumen a la pieza, acercándola a la dimensión del espectador. A diferencia de las tintas planas de las serigrafías de principios de los años setenta, Victoria recurre a una nueva forma de aplicar la pintura. Este nuevo procedimiento genera cierta rugosidad en la superficie, que evoca sus pinturas matéricas de los años cincuenta y prefigura su trabajo posterior, en el que el trazo se difumina y el gesto y la materia vuelven a tener un papel fundamental. La pieza combina la forma circular en suspensión, tan característica de sus obras de los años setenta, con una franja vertical que equilibra la composición. El recurso a formas geométricas simplificadas evidencia su búsqueda de la máxima pureza plástica.