Salvador Dalí

(Figueras, Gerona, 1904 - 1989)

Personnage mangeant des cerises

1933

tinta y lápiz sobre papel

52 x 36 cm

Nº inv. CX00825

Colección BBVA España



1933 es para Salvador Dalí un año repleto de encargos editoriales, entre los que se encuentran los Cantos de Maldoror o la portada de la revista Minotauro. En este momento es cuando concibe el colectivo Zodiaque, un grupo integrado por doce mecenas cuyas aportaciones serían compensadas a lo largo del año siguiente con algunas de las obras del artista. 1934 supondrá un punto de inflexión en su trayectoria: expulsado del grupo de los surrealistas, tras varias exposiciones individuales en París, muestra su obra por primera vez en Nueva York en la galería Julien Levy. Sus constantes viajes internacionales alternan con regulares retornos a Cadaqués. Su casa de Port Lligat, un refugio de pescadores reformado, es su lugar predilecto para el descanso y la creación.

Uno de los miembros de Zodiaque, René Laporte, recibe la pintura La hora triangular y este dibujo, Personnage mangeant des cerises, dedicado a su esposa. Protagoniza la pieza una figura humana de rasgos masculinos, modelada por formas circulares y cuya musculatura se resalta. Con la mano izquierda se acerca a la boca un par de cerezas, y con la derecha sujeta un racimo. En segundo plano aparece un jinete sobre un caballo en corveta; en el horizonte se sugiere un montículo rocoso.

Esta figura a caballo sobre dos patas, que recuerda un retrato ecuestre velazqueño, está presente en numerosos ejemplos de su producción. Podría constituir una alusión al arraigo y la tradición, lo cristiano y lo árabe, lo quijotesco; o también remitir a algún personaje determinado, histórico o literario.

Todos estos elementos son recurrentes en la iconografía daliniana. En su autobiografía La vida secreta de Salvador Dalí (1942) el pintor relata acontecimientos truculentos de su infancia y juventud marcados por la presencia de cerezas. Realidad y ensoñación se entremezclan en sus descripciones, conformando nuevos recuerdos. Muy influido por la teoría del inconsciente de Sigmund Freud, vierte en su obra el proceso de producción de sueños, que combina preocupaciones, experiencias recientes y recuerdos. 

Aficionado a la lectura de avances científicos, mezcla, mediante su técnica paranoico-crítica, detalles anatómicos de la musculatura con figuras geométricas, modelando la figura humana a base de formas circulares y estableciendo así una asociación entre ellas  y las cerezas que consume. Con todas estas metáforas el artista envuelve de misterio sus experiencias vitales y las relaciona con figuras mitológicas, proceso que emplea para potenciar su imagen de genio y de mito.

El autor de la obra se presenta como Gala Salvador Dalí. En efecto, alrededor de 1930 Dalí comienza a firmar sus obras de esta manera, ya que estima el apoyo de Gala a lo largo de su proceso creativo como una cocreación.