Antonio Lorenzo

(Madrid, 1922 – 2009)

Número 407

1964

óleo y acrílico sobre lienzo

68,3 x 121,8 cm

Nº inv. 10885

Colección BBVA España


Un paisaje abstracto, un campo de color de textura equilibrada, esta es la propuesta pictórica de Antonio Lorenzo en este lienzo. De sus espacios plásticos existe un ejemplo muy cercano, realizado ese mismo año, que se puede contemplar en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, pues será en los sesenta cuando se vincule al
, cuyos postulados sobre una nueva visión del museo asume, siendo nombrado asesor del mismo.

Su obra se hace en este momento plenamente abstracta, alcanzando la madurez plástica y de concepto. Un año después de pintar este lienzo, en 1965, expondrá su obra en la Sala de la Dirección General de Bellas Artes, y en el catálogo hablará de la importancia que tenía para su obra el contacto con la pintura abstracta a través de Gerardo Rueda y los pintores americanos.

Esta obra está dotada de una equilibrada relación entre espacio y figura, la sencillez del plano y la pasta pictórica. Una obra propia de la sensibilidad de una época en la que dirigía su mirada hacia una mayor libertad artística.