Manuel Salinas

(Sevilla, 1940 - 2021)

Sin título

1982

óleo sobre lienzo

215 x 199 cm

Nº inv. 1290

Colección BBVA España


Manuel Salinas no es un artista que se pueda encuadrar en una determinada tendencia, dada su trayectoria individual al margen de las mismas, aunque en su pintura de los ochenta se aprecie el influjo del
. Podemos rastrear la huella de su pincelada en aquellos primeros paisajes del inicio de su carrera, pero no es hasta mediados de los setenta cuando entra en contacto pleno con el arte de vanguardia y realiza sus primeras obras no figurativas.

En 1974 impulsó el
. En 1980 presentó en la Galería Buades de Madrid una serie de obras de su primera etapa abstracta, en las que se observa un proceso de reducción y contención del lenguaje bastante acusado.

Su obra experimenta un cambio a partir de una serie de dibujos a lápiz en los que intenta liberar el gesto, que se traduce luego a sus cuadros de gran formato, como es el caso de esta obra, de las primeras que realiza el sevillano en la línea de un gestualismo cercano al expresionismo americano. En 1982 participa en Diez pintores sevillanos, junto con Juan Suárez (1946) e Ignacio Tovar (1947).

En este cuadro de 1982, la pintura se expande con gran dinamismo por toda la superficie del lienzo, pero sabiamente estructurada. Predominan los tonos cálidos que se enfrentan creando una sinfonía de color. La pintura se rompe en trazos fríos sueltos que contrastan con la calidez del fondo, aportando fuerza y contundencia a una obra de gran calidad y movimiento. La forma carece de valor pues, en estos lienzos, el color y el gesto son los grandes protagonistas.