Jordi Teixidor

(Valencia, 1941)

Sin título

1984

óleo sobre lienzo

162,1 x 97,5 cm

Nº inv. 1664

Colección BBVA España



Esta obra, que parece recoger un paisaje o cierta estructura vegetal, como si de hojas de árboles se tratara, es mucho más que eso. Es una representación poética y reflexiva que intenta mostrar al espectador el estado emocional y espiritual de su creador.

Tras su formación en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, en 1966 Teixidor comienza a trabajar en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y entra en contacto con los artistas que se agrupan en torno al mismo. A partir de entonces su obra, cercana al movimiento pop, se dirige hacia una
de corte constructivista y conceptualmente próxima al minimalismo norteamericano, Barnett Newman (1905-1970), Mark Rothko (1903-1970) y Julian Schnabel (1951).

Poco a poco, se irá interesando más por el color y los problemas estrictamente pictóricos, las gamas y los ritmos cromáticos, en la línea del movimiento francés
, del que formará parte a finales de los setenta, entrando en contacto con los pintores que se agrupan en torno a la revista Trama.

En esta obra domina el color y la pincelada expresiva, libre y marcada. Es una pintura que resbala por el lienzo y se organiza en pequeños grupos de color. Ejemplo del denominado impresionismo abstracto, del que Joan Mitchell (1925 - 1992) será el principal exponente; un
de segunda generación que ha abandonado el dramatismo en favor del color.

En esta obra podemos intuir una revisión de las formas semiabstractas de las ninfeas de Claude Monet (1840-1926), aplicadas con expresividad y libertad en el gesto. Es una especie de “paisaje emocional” de los sentimientos del artista, en el que están presentes el orden y el equilibrio.