Xavier Grau se forma en Barcelona, y en 1976 participa en esta ciudad en la exposición Por una crítica de la pintura, en la que el colectivo Trama presenta su revista con el respaldo de Antoni Tàpies (1923-2012). De este modo se adscribe a este grupo multidisciplinar, formado originariamente por José Manuel Broto (1949), Gonzalo Tena (1950) y Javier Rubio, vinculados al

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tendencia artística que se oponía a movimientos como el minimal y el neodadaísmo en favor del propio acto pictórico. Los componentes de este efímero grupo concedían la misma importancia a los materiales, al gesto pictórico y a la obra acabada, desplazando el tema a un segundo término.

francés.

Influido por la abstracción americana, su composición aparenta ser espontánea, del gesto y el color, aunque sin embargo responde a una estructura meditada. Construye el lienzo añadiendo trazos y planos de color, creando una epidermis en la que es evidente este trabajo de superposición.

Lupus es una obra luminosa, transparente. Su rojo nos recuerda al de Broto, encendido, aplicado a pinceladas hasta empastar la superficie. Los gestos circulares dibujados en negro nos remiten a una práctica de trabajo que depurará durante la década de los ochenta, el llamado automatismo crítico, que se reduce a su trabajo ante el lienzo, sin apuntes preparatorios ni ensayos previos, por lo que la rectificación se convierte en trazo, y por ello en parte de la obra.