Manuel Hernández Mompó

(Valencia, 1927 — Madrid, 1992)

Huellas en la playa

1975

acrílico y ceras sobre loneta de algodón

80 x 97 cm

Nº inv. 2648

Colección BBVA España


La obra de Mompó se caracteriza por buscar la expresión mínima para comunicar: “No necesité nunca, al pintar, usar materiales de arenas, maderas, collages, gruesos de color, etc… A mí me iba más decir las cosas con lo mínimo...”. En Huellas en la playa la reducción de elementos es máxima: dos planos de color y leves signos de colores que orlan el borde de la playa.

Su pintura de los años setenta abandona poco a poco la acuciante necesidad narrativa de sus obras anteriores –en la década precedente complementadas por palabras, entrelazándose en ellas pintura y poesía− para buscar una obra más espontánea, que le permita transmitir sensaciones y ambientes. Esta evolución se produce en un momento en el que viaja a California con el fin de ejecutar un conjunto de obras para una exposición en la galería Ruth S. Schaffer. Allí entra en contacto con el
americano y con el pensamiento oriental, que, en palabras del propio artista, le aportará “una visión nueva hacia lo espontáneo y creativo”.

En 1974 se traslada a vivir a Palma de Mallorca, volviendo al Mediterráneo que le había cautivado en sus veranos en Ibiza en los años sesenta. Producto de este conjunto de experiencias son obras como Huellas en la playa, en la que la delicadeza de los breves signos de color remite a una experiencia muy personal del mar y de la arena, que a su vez transmite la armonía con el medio que siente el artista.