El retrato se consideró durante un tiempo de Juan Bautista Martínez del Mazo (1611-1667) por su evidente tono velazqueño —el cortinaje y el ligero pañuelo cayendo sobre la falda, que deriva directamente del de la Infanta Margarita del Prado—, pero su factura más corpórea y densa está más cerca de la producción de Carreño de Miranda, tal como apuntaron Jesús Urrea, Ismael Gutiérrez Pastor y Alfonso E. Pérez Sánchez. La construcción del pañuelo cayendo en pliegues sobre la oscura falda adornada con bandas bordadas se asemeja al del retrato de la Marquesa de Santa Cruz (1665-1670) de Carreño o al de Inés de Zúñiga, Marquesa de Monterrey, del Museo Lázaro Galdiano.

La cortina y la confirman la categoría económica y social de la retratada, y los pliegues del cortinaje rojo guardan ecos de la pintura veneciana.

Es obra muy significativa de su tiempo, por la severa y grave apostura del personaje y la intensidad de la mirada, curiosa y casi inquisidora, y podría fecharse hacia 1670.

La retratada, esposa y heredera de don Juan González de Uzqueta y fundadora del convento de las Carmelitas Descalzas de Boadilla del Monte, aparece retratada de pie, vistiendo un lujoso traje negro, con

 guardainfante 

estructura interior concebida para realzar las caderas y aumentar el volumen de la falda o basquiña. El guardainfante tiene origen francés y se populariza en España en época de Felipe IV (1605-1665) y Carlos II (1661-1700). El nombre alude a la posibilidad de ocultar o disimular el embarazo, circunstancia que había llevado también a la invención de su antecedente, el verdugado español; empleado desde época de los Reyes Católicos, recibía su nombre de los aros de mimbre o verdugos que armaban las faldas. En el guardainfante, los aros de madera o metal estaban unidos entre sí con cintas o cuerdas que se completaban en la parte superior con mimbre, crin y otros materiales. El guardainfante dará paso al tontillo, también de origen francés, más ligero −pues vuelve a ser de mimbre− y menos voluminoso, facilitando los movimientos a las mujeres durante el siglo XVIII.

, decorado con bandas bordadas en plata.