La identificación del autor de esta obra se debe a Matías Díaz Padrón, pues hasta 1979 constaba en los inventarios como anónimo holandés. Especialista en pintura de paisaje y escenas de caza, temas que en ocasiones combinó, como es el caso de este lienzo, en cuya franja inferior aparecen dos personajes con lebreles a la espera de un grupo de cazadores que se aproxima a caballo, Wildens dota a sus composiciones de una serenidad y placidez en la que da gran importancia al tratamiento detallado del follaje.

Las grandes manchas azul verdoso de los árboles, en contraste con los tonos castaños de la tierra y la arquitectura campesina, dotan a la composición de una serenidad y una placidez que contrasta con la concepción dramática del paisaje atormentado por vientos y tempestades de Rubens (1577-1640), maestro y amigo de Wildens, con el que colaboró a veces en los fondos de sus composiciones, igual que lo hizo con Paul de Vos (1596-1678) y Frans Snyders (1579-1657).