Desde sus inicios, la obra de Pablo Armesto ha mostrado un especial interés por la luz, con instalaciones y obras de arte público que sorprendían por su ya incipiente uso de recursos poco habituales en el campo artístico, como la iluminación led.

El origen de este interés y el motor principal de su obra será, siempre, una propuesta filosófica o estética. “Más que luz”, en palabras del artista.

Este díptico, perteneciente a la serie Líneas de luz, es una composición armónica y equilibrada en forma y color, que transmite la sensación de una melodía musical. La combinación de la paleta de grises se complementa con el vacío y la línea de luz con distintas temperaturas de color, dotando de ritmo a una obra que transmite gran sosiego. Su textura, realizada a base de superposiciones y decapados de capas de estuco, le confiere una apariencia suave y sedosa.

Armesto propone una simbiosis poética entre la pintura y la luz. Las piezas cambian, en una doble experiencia estética. A la luz del día prevalece la pintura, y al llegar el ocaso se unen a ella los toques de color que aporta la fibra óptica integrada en la pieza.

Una hermosa duplicidad, que atrapa nuestra mirada.