Francisco Farreras Ricart

(Barcelona, 1927 - Madrid, 2021)

Composición

1959

collage sobre tabla

99,6 x 69,6 cm

Nº inv. 590

Colección BBVA España


Inicia sus estudios en Santa Cruz de Tenerife y los continúa en 1943 en Madrid, donde tiene como profesor a Daniel Vázquez Díaz (1882-1969), por lo que sus primeras obras se encuadran en una figuración geométrica, en la línea de su maestro. Tras su estancia en París (1953-1955), su obra se sumerge en la abstracción, incorporando posteriormente elementos matéricos que le acercan al
que se gestaba a nivel europeo. A finales de los cincuenta experimenta otras técnicas artísticas: vidrieras, mosaicos, murales y collages con papeles de seda y arenas. Su especial interés por la investigación con nuevos materiales, ajenos a la práctica artística común, le hace trabajar con arena, diferentes tipos de papeles translúcidos —de seda en particular— y, posteriormente, con lo que denomina coudrages (telas cosidas) y madera. A finales de los ochenta abandona esta técnica para dedicarse exclusivamente a los relieves de madera.

En esta Composición de 1959 se muestra el Farreras de los primeros collages, del uso de papeles translúcidos, en este caso de seda, material que descubre en 1958. Trabaja con él aprovechando sus características ópticas y texturales: pegándolo, plegándolo y sirviéndose de las diferentes tonalidades que adquiere al superponerlo al fondo negro. La sobriedad del color nos recuerda a muchos de los integrantes del grupo El Paso, con algunos de los cuales coincidirá en una exposición sobre arte abstracto en 1956, y su trabajo con la textura y la transparencia nos remite particularmente a Manuel Rivera y sus mallas superpuestas.

Según José Hierro, sus obras tenían “algo de nube que flota, de extraña mariposa, de flor visionaria”, por representar universos que en su imaginación poblaba de sus papeles semitransparentes.