Manuel Salinas

(Sevilla, 1940 - 2021)

Sin título

1987

óleo sobre lienzo

225 x 205 cm

Nº inv. 6014

Colección BBVA España


En el momento en el que pinta esta obra, la pintura de Salinas acaba de experimentar un nuevo giro de retorno a la ordenación presente en su obra de los setenta. Los ochenta habían supuesto una apertura hacia la libertad expresiva y de gesto, aun cuando siempre habían mantenido un esquema compositivo ordenador, con elementos arquitectónicos y signos, que de nuevo vuelve a ocupar sus lienzos. La cromática se va apagando, volviéndose más atonal, aunque sea una pérdida momentánea, pues en los noventa el color vuelve a apoderarse de su obra.

Las verticales que pueblan este lienzo tienen algo de columnas, de geometría ordenadora que mediante el blanco y el negro nos habla del espacio ocupado y del espacio vacante, de la presencia y la ausencia.

La obra está trabajada definiendo grandes manchas verticales blancas, aprovechando los cambios cromáticos que la carga desigual del pincel le aporta en combinación con el fondo oscuro, algo que nos recuerda a pintores como Mark Rothko (1903-1970). Salinas no busca la definición perfecta de los límites, sino, en línea con su trabajo anterior, algo espontáneo y de gran belleza formal. La aparente contención de las formas está llena de matices, incluso aprovechando el accidente, como en el caso del pseudo-
causado por la herramienta al pie de las figuras blancas.