Los inicios de la creación de José Manuel Broto se vinculan a los principios estéticos que postulaba el grupo francés

tendencia artística que se oponía a movimientos como el minimal y el neodadaísmo en favor del propio acto pictórico. Los componentes de este efímero grupo concedían la misma importancia a los materiales, al gesto pictórico y a la obra acabada, desplazando el tema a un segundo término.
y a su participación en la creación del colectivo multidisciplinar
Trama, que defendía lo que se denominó

término que se aplica a la pintura cuya ausencia de tema pone de relieve las propiedades intrínsecas de la misma: transparencia, densidad, empaste, línea, mancha… en definitiva todas las variedades expresivas de la técnica.
, reivindicando el hecho de pintar frente a la moda conceptual que se desarrollaba en Cataluña en esos años y como alternativa a la nueva figuración que empezaba a cobrar fuerza en el panorama artístico. Desarrolla entonces una plástica minimalista, en la que busca una combinación de formas cromáticas alejadas de cualquier significado.
Tras esa etapa de “

término que se aplica a la pintura cuya ausencia de tema pone de relieve las propiedades intrínsecas de la misma: transparencia, densidad, empaste, línea, mancha… en definitiva todas las variedades expresivas de la técnica.
” evoluciona en los ochenta hacia una abstracción protagonizada por el color, combinado con formas abstractas o referencias a objetos geométricos. Su forma de interpretar la figura siempre se encontrará en un terreno intermedio entre la figuración y la abstracción, en un gestualismo que recuerda también los inicios de la

Tendencia dentro de la pintura abstracta que se desarrolla a partir de 1945 en Francia. Nacida como una reacción contra la excesiva frialdad de la

Término desarrollado en los años 20 que hace referencia a una vertiente del arte abstracto que parte de principios científicos y matemáticos. El objetivo principal era la eliminación de todo carácter subjetivo a favor de un arte basado en la esencia de las formas geométricas. Sus principales impulsores fueron Vasily Kandinsky (1866-1944), Kazimir Malévich (1879-1935) y Piet Mondrian (1872-1944).
, pretende dar mayor relieve a la expresión de las emociones. Esta tendencia pone el acento en el color frente a la forma, con técnicas como la acuarela y el óleo, que serán las más utilizadas por los artistas. Sus principales referentes son la pintura de Vasily Kandinsky (1866-1944) y el automatismo de la pintura surrealista. Dentro de esta tendencia destacan Pierre Soulages (1919), Georges Mathieu (1921-2012) y Hans Hartung (1904-1989).
, poblado de escaleras, rejas, fuentes… —elementos también presentes en la obra de Joan Miró (1893-1983) y Antoni Tàpies (1923-2012)—, siempre flotando sobre el fondo, lo que les aporta un aura de misterio y misticismo. El color y el trazo adquieren importancia. El gesto nervioso, la pincelada espontánea, la mancha de pintura, el goteo, la utilización de garabatos que nos recuerdan la escritura caligráfica, todos ellos son elementos que nos hablan de su vínculo con el

derivado de la palabra francesa “tache” (mancha), el término fue acuñado por los críticos franceses Charles Estienne y Pierre Guéguen y se difundió a partir del texto del crítico del arte Michael Tapié. Surgido como reacción al

Término acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles (1870-1943) para designar al movimiento artístico surgido en Francia en 1907 de la mano de Pablo Picasso (1881-1973) y Georges Braque (1882-1963), que implicó una ruptura definitiva con la pintura tradicional. Considerada como la primera vanguardia histórica del siglo XX, su principal característica es la representación de la naturaleza a través del uso de formas geométricas bidimensionales que fragmentan la composición, desapareciendo por completo la perspectiva. Esta innovación plástica y conceptual supuso una gran revolución y jugó un papel fundamental en el desarrollo del arte del siglo XX.
, se considera el equivalente al expresionismo abstracto estadounidense y se caracteriza por la pincelada espontánea, los goteos y manchas de pintura procedentes directamente del tubo y los grafismos que recuerdan la caligrafía japonesa.
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En el tema de esta obra podemos encontrar una relación con la tradición del norte de Europa de “lo sublime”, término acuñado durante la etapa romántica. Broto plasma con pasión, casi con furia, la sensación que le causa la fuerza de la naturaleza, mediante numerosos

efecto pictórico conseguido agujereando un bote lleno de pintura y vertiendo la misma sobre el lienzo, normalmente dispuesto sobre el suelo. Es una técnica típica del
action painting, término acuñado por Harold Rosenberg en 1952 para hablar de la obra de Jackson Pollock.
s que se derraman sobre el lienzo ocultando y modificando esas figuras que son casi iconos.
La gama cromática utilizada, en grises y azules, sirve para reforzar la violencia y la sensación desapacible que emana la composición, y contrasta con la calidez habitual de las otras obras del artista presentes en la Colección BBVA.